Una vez más somos testigos de que la avaricia por las ganancias sobrepasan cualquier legalidad, incluso pasando por no respetar las jornadas festivas y poner a trabajar a quienes estaban con derecho a descanso.
Este 18 y 19 de septiembre, la Inspección del Trabajo determinó que 269 establecimientos fiscalizados -más del 22%- recibió algún tipo de multa, recaudando por estas un total de 60 millones de pesos, superando con creces los 22 millones recaudados por esta vía el 2018. Fiscalización enmarcada en la Ley de Feriados Obligatorios que por lo visto de forma insuficiente, busca asegurar que se respeten los festivos irrenunciables.
De forma preliminar se sabe que dichas faltas se concentran en el sector del comercio de Valparaíso, Bío-Bío y la Metropolitana.
Empresarios y trabajadores: intereses que corren por distintas veredas
La propia experiencia, necesidades y condiciones de vida de la gran mayoría, contrastan enormemente con los privilegios de un sector minoritario. Esta cuestión que parece tan básica a veces o tan naturalizada, debiese ser considerada si se quiere luchar por una demanda mínima como es la reducción de la jornada laboral en Chile, pues, el gran empresariado, sus partidos y el Gobierno, nunca cederán a esta demanda si eso no conlleva otras medidas para seguir obteniendo beneficios y ganancias, como es hoy la política en favor de fortalecer la flexibilidad.
Por eso, es imprescindible que al mismo tiempo que se debate esto en las altas esferas de la política, las y los trabajadores, en sus organismos y lugares de trabajo, debatan y se organicen por una reivindicación como la reducción de horas laborales, resguardando que no haya rebaja salarial y donde se rechacen cualesquiera medidas que fomenten más precarización como viene siendo la flexibilización.
Cualquier costo que implique que se cumplan estas demandas deben ser a costa de las ganancias que empresarios durante décadas han acumulado a costa de la explotación y precarización laboral. Las grandes centrales sindicales, como la CUT- dirigida por el Partido Comunista-, federaciones, sindicatos, deben ponerse a la cabeza de organizar una lucha de estas características, sin ceder a la demagogia de la derecha y de los capitalistas. Pues, como proponemos desde el Partido de Trabajadores Revolucionarios, no solamente podemos ir por la demanda de la reducción de la jornada, sino también, por la exigencia de un sueldo mínimo acorde a la canasta familiar ($450.000) , y el término de todo tipo de precarización laboral como es el subcontrato, trabajo en negro, honorarios, eventuales, etc, un mal que afecta a cientos de miles de trabajadoras y trabajadores. |
