A fines de septiembre Cambiemos iba a inaugurar el “Zeppellin”, como llaman a la nueva terminal de partidas del Aeropuerto de Ezeiza que estaba en construcción. En esa obra, este martes se derrumbó una pasarela de trabajo en altura. Bajo los fierros y escombros perdió la vida el capataz, José Bulacio. Al menos 13 operarios resultaron heridos.
Los videos de las cámaras del aeropuerto muestran a los laburantes que corren repentinamente hacia afuera del Zeppellin. Tras ellos avanza una enorme polvareda. El relato de testigos del hecho, habla de una vibración y un estruendo tremendo. Hubo quienes pensaron que se venía abajo un avión. Pero lo que se venía abajo era una estructura precaria que soportaba la vida de varios obreros. Algunos quedaron colgados gracias a los arneses. Otros tuvieron menos suerte y sus cuerpos se desplomaron junto al andamio. Estaban a 16 metros de altura. Lo suficiente para poner en riesgo su vida. Bastante lejos de volar.
Modernizadores
La obra en Ezeiza tiene un costo de 8500 millones de pesos y venía siendo ejecutada por el Estado nacional y la empresa concesionaria, Aeropuertos Argentina 2000 (AA2000).
"Va a ser uno de los aeropuertos del mundo con mejor tecnología y experiencia del pasajero", dijo en abril el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, cuando anunció que la inauguración sería a fines de este mes.
El 16 de septiembre, Dietrich recorrió el lugar y comió un asado con trabajadores. Fue a inaugurar otra parte de la obra: una cámara frigorífica para productos de exportación e importación.
Apenas tres días antes el Ministerio de Trabajo bonaerense había ordenado suspender las obras. La UOCRA, sindicato de la construcción, había denunciado el incumplimiento de medidas de seguridad. Así contó el vocero del gremio, Ricardo Camaño, en una entrevista a Radio con Vos luego del desplome.
El gobierno nacional y de la provincia son responsables de lo que sucedió y de lo que sucedía antes del derrumbe. Profundizaron las tercerizaciones y la precarización - incluso en el Estado - que heredaron del anterior gobierno.
Los trabajadores en Ezeiza hablan de hacinamiento y denuncian que había permanentes presiones para apurar la obra.
No es difícil imaginar la foto que hubiera sacado Cambiemos en la inauguración: Macri, junto a Dietrich y la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal, seguramente hubieran posado sonrientes.
Muy barato pero demasiado caro
"Los trabajos de construcción han quedado suspendidos. En esta obra trabajan más de 60 empresas", sostuvo AA2000. La concesionaria dice acompañar el dolor de las familias de las víctimas, pero es tan responsable como el gobierno por lo que sucedió. Es responsable por las condiciones laborales del conjunto de los trabajadores y las trabajadoras del aeropuerto.
Pero como bien afirma, abriendo el paraguas, no es la única empresa involucrada. Tane SRL es la firma contratista que aportaba los andamios y pasarelas. Vanesa Silva, empleada de TANE, contó a TN su versión: "una máquina chocó la estructura y la hizo colapsar". ¿Fue culpa de la persona que manejaba la máquina que chocó el andamio? Parece que algunos ya pensaron su coartada. No suelen ser originales: siempre resulta que las muertes obreras son culpa del "error humano".
Trabajadores y trabajadoras aeronáuticos de la agrupación clasista El Despegue, emitieron un comunicado. “La muerte obrera es consecuencia directa de la denominada ‘revolución’ de los aviones. La precarización laboral es el signo social que intentó imponer Dietrich en toda la esfera del servicio turístico: en los aeropuertos; en los aviones, en las regulaciones aéreas y en absolutamente todo lo que pasó por su órbita. La idea no es nueva y sucede en muchos países del mundo: un mercado turístico para unos pocos adinerados y trabajadores que prestan servicio en condiciones paupérrimas. Bajo Costo o Low Cost: así de claro y explícito”.
Las más de 60 empresas que intervenían en esta obra, aprovecharon al máximo la política de bajo costo de Cambiemos, tan cara para la vida obrera.
Unir lo que ellos dividen
Testimonio de un trabajador contratado en la obra del aeropuerto de Ezeiza:
“La verdad que fue todo una angustia y mucha desesperación. No sé de quién fue la culpa o cómo pasó, pero sí sé lo desesperante que fue ayudar a los obreros, porque los de seguridad e higiene, tanto como los delegados de distintas empresas, ni bola. No van a ver cómo estamos trabajando ni en qué condiciones. Y lamentablemente nos ayudamos entre los obreros para sacar a los compas de debajo de los escombros. Ninguno de seguridad e higiene o del gremio estaban ahí. Así que fue muy triste porque se podría evitar. Pero no fue así. Llegadas las elecciones, les importa lo político y no el bienestar de los trabajadores. Pero bueno, mis compas de mi empresa no resultaron heridos, pero sí mis compañeros de otras empresas. Porque a pesar ser de distintas empresas, ahí adentro somos todos compañeros. Se podría evitar con el control de seguridad e higiene porque ellos tienen que verificar esas cosas en AA2000. Es más fácil echarle la culpa a un trabajador que hacerse cargo de algo que es culpa de ellos. Sin dudarlo, al ver esos escombros arriba de mis compañeros, ahí me fui a ayudar junto con otros”.
Denunciar no alcanza
Según BAE Negocios la Cámara Argentina de la Construcción calcula una pérdida "de al menos 5.000 empleos por mes desde comienzos del año y prevén que la tendencia se mantenga hasta fin de año por la falta de presupuesto del Gobierno para obras de infraestructura". La Uocra y las direcciones sindicales de conjunto, no mueven un pelo ante la pérdida de empleo. Son cómplices como lo han sido en todos los gobiernos, del avance de la precarización.
El gremio había denunciado las irregularidades en las obras donde semanas después dejó la vida José Bulacio. Es lo que pasa cuando quienes tendrían que llamarnos a las calles para defender nuestros empleos y nuestras vidas, también esperan las elecciones mientras se quedan en la denuncia. |