La Organización Mundial del Comercio (OMC) rebajó su previsión de crecimiento del comercio mundial para este año en más de la mitad y dijo que nuevos episodios de aranceles y represalias (en alusión a la disputa entre China y Estados Unidos), una economía en desaceleración y un Brexit desordenado podrían reducirla aún más.
La OMC señaló que ahora espera que el comercio mundial suba 1,2 % este año, comparado con la estimación de 2,6 % que hizo en abril y aún más baja de la que había tenido en 2018, de 3 %.
Para 2020 se prevé un crecimiento del 2,7 %, por debajo de la estimación anterior del 3,0 %.
"El oscurecimiento del panorama para el comercio es desalentador, pero no inesperado", afirmó en un comunicado el director general de la OMC, Roberto Azevedo.
De esta forma, sugirió a los miembros de la institución a resolver sus desacuerdos comerciales. La OMC dijo que la baja de sus previsiones refleja las estimaciones de una menor expansión de la economía mundial, debido en parte a las tensiones comerciales, pero también por factores cíclicos y estructurales, y, en Europa, por la incertidumbre relacionada con el Brexit.
"Los riesgos de las previsiones están cargados con fuerza a la baja y dominados por la política comercial", indicó la OMC. Estados Unidos y China están inmersos en una disputa comercial y por las empresas tecnológicas, desde hace más de un año.
Ambos se han impuesto de manera recíproca aranceles a productos valorados en cientos de miles de millones de dólares, impactando a los mercados mundiales y amenazando al crecimiento mundial.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, también ha impuesto gravámenes a productos de otros países, sobre todo el acero y el aluminio, en un intento por reducir el déficit comercial de la mayor economía mundial.
La OMC dijo el martes que Norteamérica mostró el crecimiento más rápido en las exportaciones que cualquier región en la primera mitad del año, al 1,4 %, aunque el aumento de las importaciones hacia Norteamérica fue también mayor que en cualquier otro lugar, con un 1,8 %.
Caída de la producción manufacturera en Estados Unidos
Por su parte, la actividad manufacturera de los EE. UU. cayó a un mínimo de más de 10 años en septiembre, lo que aumentó aún más los temores a una fuerte desaceleración del crecimiento económico en el tercer trimestre.
Esto fue develado por la encuesta del Instituto de Gestión de Suministros (ISM, por sus siglas en inglés) luego de que también se conociera una disminución en el consumo doméstico en agosto. La caída de la actividad económica se ha atribuido a la guerra comercial que ya lleva 15 meses, entre la administración de Donald Trump y China.
Irónicamente, la fabricación ha soportado la mayor parte de los aranceles comerciales, que la Casa Blanca dice que son necesarios para proteger a las industrias de lo que dice que es una competencia extranjera injusta. El presidente Donald Trump culpa a la Reserva Federal, en particular al presidente Jerome Powell, por el malestar del sector manufacturero.
"Como predije, Jay Powell y la Reserva Federal han permitido que el dólar se vuelva tan fuerte, especialmente en relación con TODAS las demás monedas, que nuestros fabricantes se ven afectados negativamente", escribió Trump en Twitter poco después de que se publicó la encuesta ISM. “Tasa de la Fed demasiado alta. Son sus propios peores enemigos, no tienen ni idea. ¡Patético!".
Sin embargo, la tasa de interés está en niveles históricamente bajos. Seguir en un sendero descendente terminaría por liquidar una herramienta fundamental de intervención monetaria de los estados capitalistas para atenuar las crisis.
El ISM dijo que su índice de actividad fabril nacional cayó 1,3 puntos a una lectura de 47,8 el mes pasado, el nivel más bajo desde junio de 2009. Una lectura por debajo de 50 indica una contracción en el sector manufacturero, que representa aproximadamente el 11 % de la economía estadounidense.
La lectura de septiembre marcó el segundo mes consecutivo en que el índice cayó por debajo del umbral de 50. El índice ahora ha disminuido durante seis meses consecutivos y está en marcado contraste con un repunte en los llamados datos duros como la producción industrial, que mostró que la producción en las fábricas aumentó en agosto.
Si bien el índice ISM debe caer por debajo del nivel de 42,9 para indicar una recesión en la economía en general, los economistas dijeron que su caída continua representaba un gran riesgo para la expansión económica más larga de la historia.
"Esto es serio", dijo Torsten Sløk, economista jefe de Deutsche Bank Securities en Nueva York. "No hay un final a la vista para esta desaceleración, el riesgo de recesión es real".
La caída de la fabricación podría obligar a la Fed a recortar las tasas de interés nuevamente en octubre. La Fed recortó las tasas de interés el mes pasado después de reducir los costos de los préstamos en julio por primera vez desde 2008 para mantener la expansión, que va por su undécimo año.
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