Es el primer ministro de la Suprema Corte en presentar su renuncia. Medina Mora había designado en el cargo hace cuatro años y seis meses, impulsado por el expresidente Peña Nieto. Ahora, el presidente López Obrador y el Senado deben aprobar su renuncia.
De acuerdo con la Constitución, las renuncias de estos funcionarios sólo aplican por causas graves. Con un escándalo en ciernes, Medina Mora decidió retirarse. Según el artículo 98 de la Constitución, las renuncias de los ministros de la Suprema Corte solo proceden por causas graves.
Sin embargo, aún con retiro, nada podrá borrar su trayectoria siniestra. En febrero de 2006, después del derrumbe de túneles de las minas de Pasta de Concho, en Nueva Rosita, Coahuila, pertenecientes al Grupo México. Perdieron la vida 65 mineros y 13 resultaron heridos.
Entonces Medina Mora era titular de la Procuraduría General de la República. Obstruyó la investigación que debía llevarse a cabo sobre Germán Larrea, dueño de Grupo México, así como obstaculizó el rescate de los cuerpos de los trabajadores fallecidos.
El mismo año, Medina Mora cumplió una función de primer orden en el operativo para golpear al movimiento de trabajadores siderúrgicos de Lázaro Cárdenas, Michoacán, el 20 de abril de 2006, que tuvo como trágico saldo la muerte de dos obreros.
En mayo, apenas un mes después, cuando Enrique Peña Nieto era gobernador del Estado de México, Medina Mora era titular de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal, ordenaron a militares y policías que arremetieran contra el pueblo que se oponía a la construcción de un nuevo aeropuerto.
El saldo: la muerte de dos jóvenes, uno de ellos menor de edad; la detención de 207 habitantes de la comunidad; la expulsión de cinco extranjeros y las agresiones sexuales contra 26 mujeres, todos ellos y ellas activistas sociales. El hasta ahora ministro de la Corte Suprema participó, al menos, de la planeación del desalojo de San Salvador de Atenco, según determinaron la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y la SCJN.
A su vez, entre 2006 y 2009, Medina Mora se negó a entregar información al Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI) sobre las acciones llevadas a cabo durante la “guerra contra el narco” emprendida por Felipe Calderón y financiada por el gobierno estadounidense. Echó candado a las nefastas consecuencias de la militarización, que dejó cientos de miles de muertos, desaparecidos, desplazados y el incremento exponencial de la violencia contra las mujeres.
Asimismo, estuvo al tanto de la operación “Rápido y Furioso”, que evidenció el tráfico de armas entre Estados Unidos y México con el aval de sectores de ambos gobiernos.
Entre 2000 y 2005, Medina Mora fungió como director general del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN), la dependencia que espiaba a movimientos sociales y opositores al gobierno.
Se va, se dice que para huir, un político, policía y espía represor y enemigo de la clase trabajadora y los sectores populares, que en 19 años de carrera estuvo vinculado al PRI y al PAN. |