"No vamos a sacrificar, a través de reformas irresponsables aunque sean populares, ni la capacidad de crear empleo de nuestra economía que lo que requiere ni tampoco vamos a condenar a bajas de salarios por hacer proyectos irresponsables y que, además, muchas veces son inconstitucionales". Con estas declaraciones se presentó Sebastián Piñera en el Encuentro Nacional del Agro (Enagro).
Cabe mencionar que estas declaraciones se producen en a lo menos dos sentidos: por un lado la previa a lo que será la "Mesa por la jornada laboral", instancia convocada por el Gobierno, en la cual participarán una serie de gremios empresariales para discutir la reforma laboral, así como parte de un guiño a lo que venía siendo la presión de la Sociedad Nacional de Agricultura, la cual en un inicio se había opuesto tanto a la propuesta de 40 como de 41hrs.
Sin embargo, podríamos pregunarnos ¿qué es más irresponsable? ¿Que miles de trabajadoras y trabajadoras pasen más de 1970 horas aproximadamente al año en sus trabajos, dejando de lado familia, amigos, hijos y temas de interés y su vida misma en oficinas y puestos de trabajo, mateniendo esta situación para el beneficio de los jefes, patrones y empresarios, o reducir la jornada, sin flexibilidad ni precariedad?
Es en este sentido que Joseffe Cáceres, dirigente funcionarios Ex Pedagógico afirma que:
“La flexibilidad laboral es un conjunto de estrategias empresariales para aumentar sus riquezas y perjudicar a quienes trabajamos, al mismo tiempo que afirman que una reducción de la jornada implicaría bajar la productividad. Dijeron lo mismo cuando se redujo la jornada de 48 a 45 horas, ¿y qué hicieron? Implementaron el subcontrato, abriendo un nuevo nicho de ganancias en base a precarización, donde las mujeres somos notoriamente las más afectadas. A esto se suma que vivimos una doble explotación, en el trabajo y luego haciéndonos cargo de las tareas domésticas, recibiendo peores salarios, un 30% menos que los hombres, y nos enfrentamos a trabajos mucho más inestables e informales. La precariedad laboral tiene rostro de mujer".
Para el Gobierno la situación y la respuesta a esta pregunta es clara: Su “responsabilidad” está del lado de los ricos y poderosos, pasa ellos gobiernan y para ellos realizan este tipo de declaraciones. Sin embargo, dichas declaraciones no dejan otra cosa que plantear la necesidad cada vez mayormente prioritaria de desarrollar una amplia campaña en lugares de estudio y de trabajo por una reducción sin flexibilidad, para que el trabajo sea repartido entre quienes tienen y quienes no, sin reducción a los salarios, y que estos sean acordes a una escala móvil medida en base a la canasta básica familiar.
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