Trece mujeres de origen subsahariano murieron este lunes en un naufragio frente a las costas de la isla italiana de Lampedusa (sur), en el Mediterráneo central.
El naufragio se produjo después de que volcara la barcaza de madera en la que viajaban alrededor de cincuenta migrantes. Las lanchas de los guardacostas rescataron a 22 migrantes y recuperaron trece cadáveres, todos de mujeres, informaron fuentes de la organización humanitaria "Mediterranean Hope", que asiste a los supervivientes.
El barco, que transportaba principalmente a personas del África subsahariana, había abandonado inicialmente Libia antes de navegar a lo largo de la costa para llegar a la ciudad de Sfax, en Túnez , donde otras 15 personas abordaron antes de continuar su viaje a Sicilia, según los sobrevivientes.
Ante el cierre de diferentes fronteras y pasos para los migrantes, el Mediterráneo se ha convertido en los últimos años en la única opción para los que huyen de las guerras, el hambre o la miseria de sus países. Detrás de esta situación están las principales potencias europeas, y también Estados Unidos, que promueven o forman parte de guerras en África y Medio Oriente, o expolian sus economías mediante sus políticas neocoloniales.
Durante los años previos algunos de los puertos más usados para intentar cruzar el Mediterraneo fueron los de Libia, a pesar de la guerra civil y las redes de trata de personas que actúan en la zona. Sin embargo en el último período muchas embarcaciones han comenzado a salir desde los puertos de Túnez.
Según las autoridades italianas alrededor de 2.500 personas llegaron a Italia por mar desde el norte de África en septiembre, y casi todas partieron de Túnez, generalmente de la ciudad costera de Zarzis.
La nueva ruta tiene sus riesgos. Si bien el trayecto desde Túnez es más corto que el de Libia, las redes que lucran con la desesperación de los migrantes, lo presentan como la mejor forma de llegar a la costa siciliana y "evadir los controles". Sin embargo, esto significa que los botes no lanzan ningún tipo de pedido de auxilio para ser rescatados en el mar, cómo lo hacían desde la ruta de Libia, sino que las embarcaciones hacen lo que llaman "desembarcos fantasma", donde los migrantes son literalmente abandonados en las playas de Sicilia, para que busquen la forma de ingresar de forma ilegal al continente.
El Mediterráneo sigue siendo una tumba para los inmigrantes. Aunque ya no está Salvini, el exministro del interior ultraderechista italiano que se jugó todo para tratar de hegemonizar la coalición de Gobierno y terminó perdiendo el poder, el nuevo Gobierno del PD y el M5S no significa un cambio para las penurias que viven los y las migrantes. Pero no se trata solo de Italia, sino de los imperialismos europeos que actúan en común. La Europa fortaleza se cobró este lunes la vida de 13 mujeres que se suman a la larga lista de migrantes que mueren cuando arriesgan todo tratando de llegar a sus costas. | 
