Los últimos sondeos de por Celeste-Tel para Eldiario.es muestran que de forma general el PSOE empeora su resultado, situándolo en el 27,2% de los votos, con 118 escaños en el Congreso y un millón de papeles menos fruto de la abstención. Otras encuestas, como la elaborada por el diario El País, muestran datos similares para todos los candidatos.
Mientras, la otra cara del Régimen -su ala derecha- muestra una mejora del PP como parte del giro de Casado de hacia la “centralidad”, distanciándose de sus aliados/competidores en el “trifachito”. Los de Génova obtendrían 99 escaños, recuperando 33 diputados y cinco puntos en intención de voto con respecto a abril.
De esa manera, el PP recuperaría terrero apoyándose en una bajada de Ciudadanos, que perderían 20 escaños de los 57 que consiguió en los últimos comicios. La extrema derecha de Vox, por su parte, bajaría hasta el 7,5%.
Las huestes de Iglesias y Garzón recuperarían la tercera posición con el 13,9% (37 escaños), por encima de Ciudadanos, mientras que su excompañero Iñigo Errejón llegaría al parlamento con nueve escaños (5,1%), arañando votos del PSOE mediante la fórmula Más País y la coalición valenciana de Compromís.
En el campo del independentismo, la sorpresa la darían los anticapitalistas catalanes de la CUP -que se presentan por primera vez a unas elecciones generales-, que según una encuesta preelectoral del Gabinet d’Estudis Socials i Opinió Pública (GESOP) para El Periódico podrían cosechar de 3 a 5 escaños a costa, sobre todo, de ERC, que retrocedería de 15 a 12-13 diputados. Los neoconvergentes, por su parte, podrían repetir sus 7 diputados o perder uno. El 15,6% de los votantes de JxCat el pasado abril y el 12,3% de los de ERC elegirían ahora la papeleta de la CUP que liderará Mireia Vehí.
A poco más de un mes para las próximas elecciones, la dispersión del voto que muestra la montaña rusa de las encuestas evidencia que la crisis del régimen político, especialmente del sistema de partidos, no se acaba de cerrar.
Aunque el PSOE y el PP tratan de recomponer el “extremo centro” y los nuevos partidos nacidos de la crisis -por izquierda y derecha- tratan a las desesperadas que perder demasiado terreno, la situación está lejos de la “normalidad” que tanto ansían los poderes facticos del capitalismo español.
Esto explica el giro de último momento de Ciudadanos, presto a ofrecerle a Pedro Sánchez un pacto de gobernabilidad para desbloquear la investidura. Una operación en la que no se descarta que incluso el nuevo partido de Iñigo Errejón -fundado entre gallos y medianoche- juegue un papel servicial. Sobre todo, considerando que el partido naranja será el más damnificado de la repetición electoral y podría no llegar a contar con los diputados necesarios para desbloquear nada.
A pesar del auspicioso paso de la CUP de presentarse a las elecciones con una perspectiva de “impugnación de la Segunda Transición que se propone el PSOE”, a escala estatal no hay una opción política de la izquierda obrera y socialista que plantee sin tapujos un programa anticapitalista radical para dar una salida a la crisis a favor de las mayorías sociales. Esa perspectiva es la que hace falta desarrollar imperiosamente. | 
