Esta vez fue Eduardo, pero pudieron haber sido Carlos, Juan Manuel, Julio, Otermino o Elena, como tantos otros compañeros mártires de la clase obrera y del pueblo oprimido. Apareció, pero no vino desde la nada, sino que estaba allí porque los genocidas lo pusieron en ese lugar luego de torturarlo y asesinarlo. Y también porque permaneció en la memoria de los que no se cansaron de luchar, familiares, amigos y camaradas.
Eduardo Bleier fue (es) un militante del Partido Comunista, opositor a la dictadura cívico – militar, comprometido con la clase obrera y judío, y esas son las razones por las que fue torturado y asesinado, esas son las razones, entre otras, contra las que se hizo actuar al terrorismo de estado.
Luego de ser detenido compartió el destino que sufrieron muchos militantes sociales y políticos durante la dictadura, primero lo torturaron en el “300 Carlos R” de Punta Gorda, y luego lo trasladaron al Batallón de Infantería N°13, C.C.D. “300 Carlos” llamado “el Infierno Grande”. Los testimonios de los compañeros sobrevivientes relatan que ante el interrogatorio de los genocidas Eduardo les respondió: “con ustedes no tengo nada de qué hablar”.
La mentira institucional
La historia oficial contaba, a través del informe de la Comisión para la Paz, que los restos de Eduardo Bleier fueron incinerados y arrojados al mar. La aparición de estos restos refuta una vez más esa teoría y pone en evidencia la complicidad institucional para ocultar las pruebas de los crímenes y enlentecer su hallazgo.
Los verdugos permanecen impunes o gozan de privilegios en sus condenas, de la larga lista de genocidas que intervinieron en el Terrorismo de Estado y en particular desde la OCOA (Órgano Coordinador de Operaciones Antisubversivas (OCOA) dependiente de la División del Ejército I) en los años de la detención de Bleier.
Las FFAA y en particular el Ejército, primero negaron tales crímenes, luego negociaron su impunidad con los grandes partidos del régimen (Pacto del Club Naval) justificando su accionar genocida, ocultando información e impidiendo el hallazgo de los restos de desaparecidos. Hasta hoy no han emitido ni una mínima muestra de vergüenza por sus crímenes aberrantes y no se inmutan que se encuentren restos de gente torturada y asesinada en los predios que usan cotidianamente.
Como verdugos y alcahuetes del poder proseguirán tratando de vivir como si nada a costa de los bolsillos del pueblo trabajador, para jugar con sus armas de guerra y tratar de disimular que sirven para algo más allá de su función esencial que es reprimir y asesinar a los trabajadores y el pueblo oprimido cuando los capitalistas los llamen a la tarea. No habrá olvido ni perdón tampoco para los viles mercenarios el día que los trabajadores se levanten frente a toda esta injusticia rancia. Por más que hoy se levanten voces y “propuestas” como la reforma de Larrañaga que los llama a volver a reprimir en las calles.
La lucha continua
Por más que no solamente las FFAA, sino también el sistema de partidos y los medios de comunicación intenten imponer ahora el relato de la “necesidad” de encontrar los cuerpos para “cerrar las heridas” y otras frases similares para evitar hablar de la impunidad. Los familiares y aquellos que luchamos auténticamente por la verdad, el juicio y el castigo, no toleramos estas maniobras conciliatorias que vienen de aquellos que durante décadas han negado algo tan elemental como enterrar a sus propios familiares y ni que hablar de justicia.
Los hallazgos de restos revelan el carácter criminal y encubridor de las FFAA, como si fuera totalmente normal que encuentren restos humanos sin ninguna consecuencia, como si fuera algo natural el Terrorismo de Estado. Es la banalización de los crímenes de lesa humanidad que impone nuestro sistema político, es otro ejemplo del interés que tienen de enterrar la memoria de nuestros compañeros desaparecidos, junto a la lucha por justicia de los familiares y los miles de presos y presas políticos que también sufrieron el Terrorismo de Estado.
La memoria de Eduardo y de los demás compañeros no desaparecerá mientras continúe la lucha que no olvida ni perdona, mientras haya militantes que peleen por acabar con el capitalismo y por un mundo justo. Desde este medio nuestro saludo fraterno a los familiares, camaradas y amigos de Eduardo Bleier. |