En la mañana de hoy se iniciaron las audiencias en el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Tucumán (TOF) del juicio por la desaparición de Alberto Ledo, durante la última dictadura militar. Los únicos acusados son César Milani y Esteban Sanguinetti.
El ex jefe del Ejèrcito durante el kirchnerismo está acusado de haber confeccionado un acta de deserción falsa para encubrir la desaparición del conscripto, por lo que está imputado por el delito de falsedad ideológica de un documento público. En tanto que Sanguinetti está acusado de privación ilegìtima de la libertad y en el homicidio calificado de Ledo.
De acuerdo a la denuncia de familiares de Ledo, el joven riojano se encontraba cumpliendo el servicio militar obligatorio en el Batallón de Ingenieros de Construcciones 141 del Ejército Argentino. De La Rioja fue trasladado a Monteros, Tucumán, para cumplir tareas que garanticen la zafra de 1976. En la madrugada del 17 de junio de 1976 el conscripto acompañó a Sanguinetti en una recorrida de rutina y luego el entonces capitàn regresó sòlo diciendo que Ledo se había fugado.
Frente al tribunal integrado por los camaristas Gabriel Casas (presidente), Carlos Enrique Jiménez Montilla y Enrique Lilljedhal (subrogante), los defensores de Milani y Sanguinetti resumieron en sus alegatos de apertura los argumentos de su estrategia. Vanessa Lucero, defensora de Sanguinetti, señaló que el ex capitán no se apartó nunca de lo que debía hacer administrativamente. En tanto que Adolfo Bertini recurrió a fotos de archivos para mostrar que en ese momento Milani era un subteniente de 21 años “sin aptitud e inteligencia”.
Los abogados, a su vez, adelantaron los dichos de sus defendidos: cuestionaron la validez del acta de deserción y afirmaron que las responsabilidades sobre la desaparición de Ledo son de sus superiores Osvaldo Héctor Pérez Battaglia y los mandos de la V Brigada.
“Es mentira que por ser jovencitos no podían cometer crímenes. Astiz también tenía 21 años cuando entregó a familiares y Madres de Plaza de Mayo. Es mentira. A mi hijo lo tenía marcado”, afirmó Marcela Brizuela de Ledo, madre de Alberto, cuando dirigió unas palabras a las organizaciones de derechos humanos y políticas que se movilizaron para acompañar su reclamo.
“Este juicio es producto de años de lucha, no es un regalo de ningún gobierno”, señaló Graciela Ledo, hermana del conscripto desaparecido. Ambas están citadas para la audiencia de este viernes.
“A Ledo nunca en mi vida lo vi”
Durante más de dos horas, Milani hizo uso de la posibilidad de realizar una primera declaración y responder preguntas aclaratorias de la fiscalía y la querella. En reiteradas oportunidades se abocó a señalar que era víctima de una persecución “política, mediática y judicial” luego de asumir el mando del Ejército.
“Si cuando Cristina Kirchner me llamó para ser jefe del Ejército le hubiese dicho que no podía asumir por un problema personal, no hubiese aparecido ninguna de estas denuncias”, afirmó. En estos planteos Milani mintió ya que, desde que toma conocimiento de su desaparición, la madre de Ledo realizó varias denuncias frente a diferentes organismos, incluyendo la Conadep y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Aunque afirmó que durante esos años hizo “muchísimas actas de deserción” aunque no puede “recordar a todos los soldados”, posteriormente Milani sostuvo que a Ledo no lo vio “nunca en mi vida”.
Tanto Milani como Sanguinetti incurrieron en afirmaciones contradictorias con algunos de sus dichos en las declaraciones indagatorias de 2013. Sin embargo, señalaron que se trata de afirmaciones producto de “haberse dado cuenta de cosas en estos años”.
Ambos afirmaron que los verdaderos responsables de la desaparición de Ledo no están siendo juzgado. Milani fue más lejos y afirmó que la desaparición y el acta de deserciòn podían ser obra de “la inteligencia que operaba en Tucumán”.
Con cinismo, Milani y Sanguinetti se “solidarizaron” con la madre y la familia de Ledo por “tantos años buscando justicia”. “Percibo lo que debe ser que le saquen un hijo a los 20 años”, afirmó el ex jefe del Ejército.
Por el juicio está previsto que presten testimonio 40 testigos y que la sentencia se conozca a mediados de noviembre.
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