Desde que se inició la lucha social en Ecuador, el gobierno peruano que venía de disolver el parlamento, se alineó a los sectores más conservadores de este país del norte, por esa razón el Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú, emitió un comunicado conjunto con fecha 8 de octubre, donde taxativamente expresaba que: “Ante los sucesos de alteración del orden público ocurridos en los últimos días en la hermana República del Ecuador, los gobiernos de Argentina, Brasil, Colombia, Guatemala, Paraguay y Perú manifiestan su rotundo rechazo a todo intento desestabilizador de los regímenes democráticos legítimamente constituidos y expresan su firme respaldo a las acciones emprendidas por el presidente Lenín Moreno, para recuperar la paz, la institucionalidad y el orden, utilizando los instrumentos que le otorgan la constitución y la ley, como lo ha venido haciendo. Asimismo, rechazan toda acción encaminada a desestabilizar nuestras democracias por parte del régimen de Nicolás Maduro y de los que buscan extender los lineamientos de su nefasta obra de gobierno a los países democráticos de la región”.
Esta declaración conjunta, que se parece mucho a los documentos oficiales promovidos por Donald Trump para responsabilizar de todos los males que ocurren en América latina al gobierno de Nicolás Maduro, recoge la posición política de los gobiernos más cipayos del continente, donde “destacan” sobre manera Macri, Bolsonaro y Piñera. Los gobiernos que suscriben este documento hacen parte también del denominado “Grupo de Lima”, que como se sabe se constituyó el 8 de agosto de 2017 por iniciativa de los EEUU, el mismo que tenía como objetivo central impulsar una serie de iniciativas golpistas contra el gobierno de Maduro en Venezuela para consolidar de esa manera la recuperación geoestratégica de los intereses económicos y políticos del imperialismo yanqui en esta parte del mundo.
Y por si quedaban dudas de la posición del gobierno peruano, el presidente Martín Vizcarra, el mismo que hasta hace poco era considerado como el máximo héroe de la democracia peruana, no tuvo mejor idea que declarar públicamente al finalizar la reunión bilateral entre Perú y Chile realizada el jueves 10 de octubre en la ciudad de Paracas, que: “el entorno de países vecinos muestran diversos tipos de problemas, por eso vamos a concluir esta reunión suscribiendo un documento de respaldo al presidente Lenín Moreno por la situación que está pasando actualmente en Ecuador”. Estas declaraciones las hizo de la mano del presidente chileno, Sebastián Piñera, quien en todo momento se deshizo en halagos para Vizcarra, al cual felicitó por la forma como encaró la última crisis política en el Perú, sobre todo la manera pacífica como se resolvió este impasse, lo cual, a decir de Piñera: “demuestra la manera madura como el pueblo debe encarar sus diferencias sin recurrir a la violencia como mal hacen ahora nuestros hermanos de Ecuador”.
Este apoyo abierto de Vizcarra al títere del FMI Lenín Moreno, deja muy mal parado al sector de la izquierda neorreformista encabezado por Verónika Mendoza quienes, como se sabe, desde hace buen tiempo atrás vienen apoyando a Martín Vizcarra. Esto quedó evidenciado con más énfasis después de la disolución del congreso peruano, cuando la lideresa del Nuevo Perú no tuvo el más mínimo reparo en declarar públicamente la necesidad de impulsar un gobierno de transición junto al presidente, al cual no lo consideran como una expresión política de la burguesía y del imperialismo sino más bien un gobierno “distinto al fujimorismo” y por tanto un aliado democrático y progresivo, al cual, según ellos, el pueblo y los trabajadores están llamados a hacerle llegar sus exigencias. Esta política errada del neorreformismo, a la cual se suman la dirección de las centrales sindicales, ha llevado a crear confianza en Martín Vizcarra y a desviar la bronca social por los cánones del régimen del 93, por eso, la forma institucional como se resolvió el último episodio de la crisis política peruana es aplaudida hoy, no solo por la derecha continental, sino también por el imperialismo norteamericano.
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