Fue el jueves en la Facultad de Filosofía y Letras, con una buena presencia de estudiantes. Presentaron el libro Juan Paz, médico neurólogo y trabajador del Hospital Padilla; Juan Duarte, psicólogo docente en la UBA y editor del libro; y Alea Romero, estudiante de psicología.

Genes, células y cerebros. La verdadera cara de la genética, la biomedicina y las neurociencias fue editado por Ediciones IPS este año y se trata de la primera traducción en castellano de esta obra del neurocientífico Steven Rose y la socióloga feminista de la ciencia Hilary Rose, que presenta un abordaje crítico sobre las ciencias de la vida desde una mirada anticapitalista.

Abriendo la jornada, Juan Duarte realizó una caracterización de la situación crítica de la de salud mental en el país y la emergencia de un discurso reduccionista biológico de la mano de las neurociencias y promovido por las corporaciones farmacéuticas y psiquiátricas, lo cual apunta a la medicalización de la salud mental. Desde allí, presentó el libro recorriendo el planteo de los autores Hilary y Steven Rose sobre el desarrollo de las ciencias de la vida desde Darwin en adelante, acentuando la mercantilización de la genética, la biomedicina y las neurociencias, y el surgimiento, en las últimas décadas, de grandes emprendimientos en clave neoliberal. Estos son la genómica, que implica la inversión de enormes capitales y el desarrollo de instrumentos informáticos al compás del Proyecto Genoma Humano y de los biobancos nacionales de ADN; la biomedicina, alrededor de la medicina regenerativa de células madres; y las neurociencias, a las que definen como tecnociencias que prometen resolver los grandes misterios de la psicología como la mente y la conciencia, y explicar y curar el padecimiento mental. (Promesa incumplida a pesar de los avances en el conocimiento de mecanismos moleculares y en técnicas de imágenes cerebrales.) Este proceso es mundial, con inversiones millonarias desde los grandes centros imperialistas, y con la transformación de la ciencia en emprendimientos capitalistas. A partir de ahí desarrolló su impacto en argentina y en particular hacia la psicología, así como el aporte de una mirada marxista para comprender el fenómeno y plantear visión superadora a nivel teórico (en psicología, desde la propuesta de Lev Vygotski), terapéutico y político para el sistema de salud y de educación, peleando sistemas estatales con recursos y democráticos para darle un fin social acorde a las necesidades de la mayoría trabajadora y no del lucro capitalista.

Por su parte, Juan Paz explicó cómo el desarrollo mercantil de la ciencia biomédica bajo el capitalismo se tradujo en la mercantilización de la salud, el fortalecimiento del modelo médico hegemónico y la organización de los sistemas de salud. Sostuvo que el conocimiento en salud como mercancía atraviesa las relaciones de los terapeutas con los pacientes, y en el caso de la medicina, el modelo biomédica es una consecuencia sociohistórica que se agudizó en la etapa neoliberal. El neoliberalismo necesitó de los avances científicos en la medicina para legitimarse en la salud, conduciendo al fortalecimiento de la medicina privada, además que garantiza los negocios y el enriquecimiento descomunal de la industria farmacéutica. En la actualidad el acceso a terapias biofarmacológicas o tecnológicas es restringido; algunas obras sociales pueden garantizar estos tratamientos y otras no, lo que deja en claro que estos avances solo tienen el objetivo de generar ganancias para la industria biofarmacéutica y no de combatir las enfermedades. El neurólogo mostró con datos del INDEC y del ministerio de hacienda que las ganancias de la industria farmacéutica en el primer trimestre del año fue casi similar al presupuesto nacional en salud para un año, y que durante las crisis es esta industria la que siempre se benefició. Otros aportes fueron que la infraestructura con internación del sistema público sólo es el 29% en todo el país; 33%, 20% y 23% en Tucumán, Provincia de Buenos Aires y CABA respectivamente. Concluyendo que los gobiernos anteriores han garantizado los negocios de la medicina privada y la industria farmacéutica en detrimento de la salud pública; y que para defender el derecho a la salud es necesario avanzar sobre los intereses de los capitalistas de la salud.

Finalmente, Alea Romero abordó la disputa por el contenido de los planes de estudio en la universidad, que hoy responden a los intereses de los grandes grupos económicos. Poniéndose al hombro la tarea de formar el personal para estas empresas. También hizo referencia a la disputa abierta entre psicoanálisis y neurociencias por hegemonizar el ámbito académico en Psicología, lo que ha llevado a pensar la salud mental desde dos teorías que resultan insuficientes para explicar la complejidad del hombre. Todo esto con el fin de negar, que buena parte del sufrimiento humano está relacionado con un sistema social que obliga a explotarse cada día más, para subsistir.

Por último invitó a tomar otra perspectiva para la ciencia, ponerla al servicio de las verdaderas necesidades de las mayorías trabajadoras. Y que esta batalla no solo se libra en el terreno de las ideas, sino también en el de la política. Siguiendo la línea de los otros expositores, la estudiante reivindicó al Frente de Izquierda Unidad como la expresión política de la lucha por una ciencia no alienada, que recupere su potencial social Humano. Retomando para eso la crítica y un programa anticapitalista, que libere a la ciencia de las ataduras impuestas por el capitalismo y sus gobiernos.

Te puede interesar: Presentación del libro Génes, células y cerebros en Córdoba

Durante la mañana y la tarde, Duarte y Paz participaron en los programas de Radio Universidad publicitando el libro y la actividad. El libro puede ser conseguido en librerías o contactando vía instagram con Psico a la Izquierda.