Con mucha expectativa previa, se llevó adelante el primer debate presidencial obligatorio, en el marco de la gran crisis que vive el país.
En la previa, en la Universidad del Litoral, Ciudad de Santa Fe, se acercaron muchas personalidades que simbolizarían de alguna manera el tono del debate.
Al actual presidente, Mauricio Macri, lo acompañaron su candidato a vice Miguel Ángel Pichetto, Marcos Peña, Hernán Lombardi y Patricia Bullrich, entre otros.
Por el lado de Alberto Fernández, lo más significativo y "sorpresivo" fue la presencia junto a él de Daniel Scioli, a quien el candidato del Frente de Todos hizo referencia en su primer intervención. También lo acompañaron otros referentes del peronismo conservador como el ex gobernador de la provincia de Buenos Aires, Felipe Solá o el sojero gobernador de Santa Fe Omar Perotti, además de miembros de su equipo como Matías Kulfas o Santiago Cafiero, entre muchos otros.
Junto a Nicolás del Caño estuvieron presentes luchadores y dirigentes socialistas como su compañera de fórmula Romina del Plá, Christian Castillo, Claudio Dellecarbonara o Juan Carlos Giordano, entre otros.
Acompañando a otros candidatos estuvieron Marco Lavagna, Juan Manuel Urtubey, Luis Rosales o Cynthia Hotton.
A lo largo del debate, estas presencias tendrían su correlato: en las intervenciones, Nicolás del Caño fue el único que planteó una salida clara a la crisis que deja Macri, para que la paguen los que la generaron, pero que debe ser también sin los que durante todos estos años fueron cómplices del actual presidente, de la Iglesia o de los "lamebotas" que atacan a los pueblos venezolano o ecuatoriano.
Presentaciones
El primer bloque de discursos estuvo dedicado a las presentaciones, donde cada uno dejó en claro cuáles serían sus ejes principales.
Mauricio Macri, tras ser fuertemente derrotado en las PASO y con millones de personas opositoras a él tras cuatro años de ajustes, suplicó que lo acompañen con el voto, excusándose en que necesita más tiempo para "resolver" los problemas.
Por su parte, Alberto Fernández, adelantó desde el comienzo lo central de su estrategia, que sería muy sencilla: mostrarse como el candidato articulador de una unidad peronista capaz de ganarle a Macri, buscando capitalizar el descontento contra un gobierno odiado. Por eso comenzó reivindicando a Daniel Scioli, al hacer referencia a que en el debate de hace cuatro años "alguien dijo la verdad " y "alguien mintió". Fue toda una manera de elegir comenzar, rescatando a alguien que en cuatro años no existió como opositor a Macri y hasta dejó "hitos" como haberse ausentado como diputado nacional el día que se votó el saqueo a los jubilados en diciembre de 2017.
Nicolás del Caño se presentó desde su vida personal, diciendo que pertenece a una familia trabajadora que atravesó crisis como la hiperinflación de los ’80, la alta desocupación de los ’90 o el 2001, llegando ahora hasta el desastre actual de Macri. Del Caño denunció de entrada que en esta crisis hay ganadores como los bancos, los grandes grupos empresarios y los terratenientes, y que el Frente de Izquierda plantea claramente que son ellos los que tienen que pagar la crisis, no el pueblo trabajador.
Juan José Gómez Centurión, José Luis Espert y Roberto Lavagna tuvieron una actuación en el debate que los hizo pasar bastante desapercibidos. El primero se presentó de entrada con valores clásicos de la derecha como la oposición al derecho al aborto, la mano dura o la defensa de la propiedad privada. Espert se postuló como un gran defensor del libre mercado y Lavagna llamó a repartir "de manera equitativa" los costos de la crisis, como si no hubiera algunos pocos que ganaron mucho y millones que fueron los grandes perdedores.
Relaciones internacionales
En el punto sobre relaciones internacionales, los tres principales contendientes del debate se organizarían alrededor del siguiente esquema: Macri insistiendo con la necesidad de "volver al mundo", Alberto Fernández intentando mostrar una moderación "razonable" y Nicolás del Caño solidario con las luchas de los trabajadores y pueblos oprimidos como la que se está llevando adelante en Ecuador en estos días.
Respecto de este tema, el candidato del Frente de Todos reivindicó la necesidad de unificar a América Latina sin tenerle miedo a la apertura económica, pero para "negociar" con el mundo las condiciones, en contraposición a la política de Macri que llevó al país a la crisis.
El candidato de Juntos por el Cambio, a la inversa, reivinció la globalización y la "inserción en el mundo", destacando la potencialidad que tiene Argentina de seguir por ese camino, como si la apertura indiscriminada al capital financiero no hubiera abierto paso a un nuevo saqueo del país en estos años. También volvió su clásico eje contra el "dictador Maduro".
Nicolás del Caño, en cambio, fue el único que hizo eje en saludar "al hermano pueblo de Ecuador, que con su levantamiento nos está dando un ejemplo de dignidad y de lucha". Del Caño rescató las lecciones que salen de ese país y su relación con el FMI: contra las promesas demagógica de campaña de Alberto Fernańdez dijo que "es imposible estar del lado de las grandes mayorías y aplicar las políticas del fondo. El Frente de Izquierda ya eligió, el capitalismo no a más como único horizonte posible" y saludó también a la juventud que se moviliza en el mundo por el medio ambiente, a los movimientos de mujeres, a los que en Chile pelean por reducir la jornada laboral o que en Estados Unidos simpatizan con las ideas del socialismo.
Un emotivo momento se vivió cuando pidió un momento de silencio en homenaje a los trabajadores, indígenes y campesinos en lucha en Ecuador.
También sonó fuerte su denuncia cuando denunció a Macri como "lamebotas" de Estados Unidos para la invervención en América Latina y puso en evidencia que Massa del Frente de Todos también se subordina al imperialismo y denuncia la "dictadura" en Venezuela siendo funcional a la derecha. Del Caño hizo esta denuncia a la vez que se separó del autoritarismo de Maduro, pero desde una posición obrera y socialista.
Economía
El debate sobre la economía siguió un camino parecido al de relaciones internacionales. Mientras que Macri siguió echando culpas a la "herencia recibida" y pidió más tiempo, Alberto Fernández llamó a un Pacto Social con los cómplicesque ayudaron a Macri a gobernar todos estos años y Del Caño hizo fuertes denuncias demostrando por qué la crisis la tienen que pagar los capitalistas.
Comenzó Del Caño, quien de entrada señaló que Macri ya generó cuatro millones de nuevos pobres, y que eso se contrapone a los grandes ganadores de la crisis, como los bancos que ganan por mes más que 600.000 trabajadores o las empresas privatizadas que el año pasado ganaron seis millones de dólares por día. Del Caño denunció que "el pueblo trabajador no tiene por qué pagar esa fiesta" y propuso medidas importantes como la necesidad de una banca estatal única, derogar todas las leyes y decretos que se hicieron contra los jubilados, nacionalizar los recursos estratégicos y anular los tarifazos (interpelando a la oposición actual sobre si está dispuesta a hacerlo) y dejar de convalidar la ilegal, ilegítima y fraudulenta deuda pública.
En este punto del debate fue muy importante también la denuncia de Del Caño respecto de que "Macri no hizo este desastre solo, acá hubo cómplices, legisladores y gobernadores que hoy están en el Frente de Todos y que cuando hubo que elegir eligieron a los bancos contra los jubilados, y votaron todas las leyes que necesitó Macri contra el pueblo trabajador".
Bajo esa mismar argumentación, Del Caño se pronunció contra el acuerdo social al que convoca a Alberto Fernández. "En esa mesa se van a sentar los mismos que nos vienen robando y los dirigentes de la CGT. Nuestro único compromiso tiene que ser luchar por salarios, por los jubilados, contra el trabajo precario".
Por su parte, Alberto Fernández eligió el camino fácil de pegarle a Macri por la crisis económica que deja, e hizo promesas imposibles de cumplir, como que se puede reactivar el consumo y generar dólares para pagar la deuda y reactivar la producción sin romper con el FMI y mediante un Pacto Social con los que ayudaron a gobernar a Macri. Cuando la realidad es que Ecuador adelanta el futuro argentino si no se rompe con el FMI y se sigue atado a una deuda impagable.
Por último, Macri se "autocriticó" de que pensó que el camino iba a ser más fácil, pero insistió insólitamente en que ahora "estamos mejor, en un punto de partida para empezar a crecer", y aprovechó para recordar cuando Alberto Fernández denunciaba que era Cristina Kirchner quien había destruido la economía.
Derechos humanos, diversidad y género
Este tramo del debate, Mauricio Macri se refirió a un supuesto liberalismo y pluralidad que no practica; Alberto Fernández la jugó de progre ocultando a sus aliados oscurantistas y Nicolás del Caño protagonizó un emotivo momento reivindicando las luchas del movimiento de mujeres.
El actual presidente, cínicamente, dijo que le "hace feliz ser presidente de un país donde se vive en libertad, plural, diverso. Creo en la libertad", señaló el mandatario de un Gobierno represor que tiene en la mano dura de Patricia Bullrich una de sus principales banderas, en Santiago Maldonado una de sus grandes manchas y en el xenófobo Miguel Ángel Pichetto una de sus recientes incorporaciones.
Por su parte, Alberto Fernández habló a favor de los derechos humanos y especialmente de los derechos de las mujeres y la igualdad, e incluso a favor del derecho al aborto, ocultando para eso que las listas del Frente de Todos están llenas de oscurantistas celestes que serán un gran obstáculo para las conquistas de estos derechos. Sin ir más lejos, el reaccionario Juan Manzur es uno de los principales aliados del candidato a presidente del Frente de Todos.
En cambio, Nicolás del Caño saludó al Encuentro Plurinacional de Mujeres y Disidencias que se está llevando adelante de forma multitudinaria en La Plata, y reivindicó "a las millones de mujeres que salieron a las calles e hicieron escuchar el grito de Ni Una Menos, contra la desigualdad salarial, laboral, contra el trabajo doméstico no remunerado. La deuda no es con el FMI, es con las mujeres".
Del Caño también denunció que hubo senadores tanto de Cambiemos como del Frente de Todos que votaron en contra del derecho al aborto, por su complicidad con las iglesias. Contra eso reivindicó que el Frente de Izquierda tiene listas 100 % verdes y gritó con confianza que "las mujeres volverán a salir a las calles y el derecho al aborto será ley", con el pañuelo verde alrededor de su muñeca. También reivinció la lucha por la Educación Sexual Integral, denunció a los gobernadores que la impiden y reclamó por la separación de la Iglesia del Estado.
Educación y salud
Respecto de educación y salud, el debate giró sobre la misma lógica.
Mauricio Macri habló de forma ridícula sobre la revolución tecnológica y científica, como si el gran empobrecimiento bajo su mandato no hiciera que cada vez menos gente pueda acceder a estos avances, miles de niños queden sin ir a la escuela, los salarios docentes se deterioren y las escuelas se caigan a pedazos.
Por su parte, Alberto Fernández se montó sobre esta denuncia evidente y prometió "prestar mucha atención a la educación", pero sin decir de dónde sacará los fondos, dando que se proponer "honrar" las deudas con los buitres del capital financiero.
Por su parte, Del Caño denunció que "Macri es un enemigo de la educación pública y Vidal también, contra los docentes que reclaman por salarios dignos".
El candidato de la izquierda también denunció el crimen social de la escuela de Moreno (en el que murieron dos trabajadores de la educación) y dijo que "todos los gobiernos se dedicaron a culpabilizar a los docentes, pero son ellos los que ponen el cuerpo todos los días".
Del Caño propuso revertir todo lo que hizo Menem durante los ’90, trasladas la educación a las provincias pero sin presupuesto. Propuso una educación nacional en la que el Estado garantice los salarios, la infraestructura y los recursos tecnológicos. Es la deuda o son los trabajadores y la educación; la fuga de capitales o las escuelas y los hospitales.
Nicolás también denunció el doble discurso de Alberto Fernández, quien tiene como aliado en Chubut al gobernador Arcioni que desde hace meses ataca a los docentes y trabajadores de la provincia, contra sus salarios y con represión.
Por último, Del Caño señaló que la salud no debe ser un negocio y denunció las ganancias millonarias de los laboratorios.
Cierre
En su cierre de este primer debate, Nicolás del Caño se dirigió especialmente a la juventud, a los que tienen trabajos precarios o a los que ven peligrar su derecho a estudiar. Dijo que el avance de la técnica y el conocimiento permitirían no sólo acabar con el hambre o la desocupación, sino también reducir la jornada laboral. Por último destacó la campaña a pulmón del Frente de Izquierda con el esfuerzo de miles para pelear por un futuro para una vida que merezca ser vivida y llamó a pelear por una izquierda más fuerte en el país y en el Congreso. |