No, los Mossos no son “la nostra policia”. Si alguien albergaba alguna duda ahí están los más de cien heridos de las cargas de ayer, en especial en el aeropuerto, con lesiones muy graves: uno de ellos ha perdido un ojo, otro un testículo.
Los hemos visto emplear sus porras contra jóvenes que ejercían su derecho a manifestación -ese que la sentencia ha condenado como “sedición”-, rociarles con el gas pimienta recién adquirido por la Conselleria de Interior y disparar pelotas de goma a escasos metros de los manifestantes.
También la Policía Nacional se empleó a fondo en otros puntos de protesta -como en la concentración de Via Laietana o el interior de la T1 donde causaron heridas muy graves en un testículo a un joven-. Pero el grueso de la represión recayó en la BRIMO de la policía catalana.
A diferencia de 2017, donde el Govern y las entidades soberanistas se esforzaron por blanquear la imagen de este cuerpo policial, esta vez la indignación con la policía autonómica se extiende como la pólvora sobre todo en la juventud. Al prontuario de sus antidisturbios para desahuciar familias -como esta semana en el Raval y Poble Sec-, reprimir al movimiento estudiantil, la izquierda independentista o al 15M, entre otras cosas, se le suma ahora el estar a la cabeza de la represión de las movilizaciones contra la sentencia.
Los Mossos han dejado claro que están codo con codo con los miles de policías nacionales y guardia civiles enviados por Pedro Sánchez. Y en este cierre de filas las direcciones procesistas no son un ente aparte. Ni ERC ni JxCat han salido a condenar las cargas. Todo lo contrario. Miquel Buch ha justificado las cargas diciendo que eran necesarias para que no les acusen de sedición. Toda una metáfora de cuál es la nueva ubicación de estos partidos: condena en el discurso de lo que implica la sentencia y acatamiento de la misma en los hechos.
Ni los Mossos d’Esquadra son “la nostra policia”, ni con los partidos históricos de la burguesía catalana al frente podremos acabar con la escalada represiva y menos aún lograr la amnistía.
Que hoy miles de jóvenes desconfíen de la policía autonómica es una buena noticia para aquellos que peleamos porque es imprescindible poner en pie un polo de independencia de clase y anticapitalista que se proponga disputar la dirección del movimiento democrático catalán. | 
