La IZquierda Diario entrevistó a Adriana Roca, portavoz de Arran, un día después de la publicación de la sentencia del Supremo contra los líderes independentistas y que supuso el comienzo de las masivas movilizaciones que estamos viviendo estos días en Catalunya.
Con ella charlamos sobre la represión que se está desatando, no solo durante esta semana por parte de los Mossos d’Esquadra, sino como la sentencia y todo la ofensiva criminalizadora desde el 1-O, ya venía allanando el camino para la regresión de los derechos y libertades democráticas que supone la condena por sedición.
Tras conocerse la sentencia, ¿qué valoración hacéis desde Arran?
Se podía prever por donde iban a ir los tiros. A parte de que ha habido dos años de prisión preventiva y la vulneración de derechos fundamentales que ha supuesto, sobre todo hay una cuestión sobre el precedente que sienta de cómo se entiende la disidencia política en el Estado español. Evidentemente, esto no es nuevo, pero hay una aceleración de la represión y esto sienta un precedente.
Cuando hablamos de que cualquier forma de desobediencia contra una ley es sedición, significa que parar los desahucios también será sedición y cualquier forma de disidencia política pasa a entrar en este marco. Está claro que esta sentencia siente el precedente de criminalizar la protesta y la desobediencia al Estado.
Desde hace tiempo vuestra organización viene denunciando que se ha incrementado la represión y persecución contra Arran.
Nosotras siempre hemos entendido la represión como una consecuencia de los actos. Puede ser que haya ciertos sectores del independentismo a los que la represión les viene de nuevo, y que tienen cierta sorpresa al ver cómo el Estado reacciona, pero nosotras siempre hemos entendido la represión como una consecuencia de los actos que hacemos. Si hay represión es porque molestamos y si molestamos es que las cosas las estamos haciendo bien. La represión busca muchas cosas diferentes, entre ellas parar la actividad política de las organizaciones y no permitir que haya esta disidencia política. Pero si, es verdad que nosotras en estos últimos meses hemos ido acumulando casos represivos, muy relacionado con las movilizaciones del procés, pero también con otras cuestiones como las huelgas feministas o las manifestaciones del 1 de mayo.
Estamos hablando ahora mismo que tenemos cerca de 70 personas de la organización encausadas en 26 causas represivas abiertas. A nivel de indentificaciones y detenciones en los últimos tres años, llevamos entre 400 y 500 que en algún momento han sido identificadas. Por tanto, realmente si que es verdad que, más allá de la represión y los procesos judiciales en sí, hay una voluntad criminalizadora y una voluntad de señalar a la izquierda independentista en general y a Arran en particular, como organización juvenil y algunas prácticas que hemos venido haciendo. Generando un relato de violencia en torno a nosotros, incluso llegando a sonar campanas de ilegalización.
Las semanas antes de la sentencia ya se veía una voluntad clara de generar miedo y de intentar desmovilizar la posible respuesta. Pero está claro que no ha funcionado porque la gente ha continuado saliendo a la calle. En todo el tema de las detenciones del 23 de septiembre, queda claro que hubo una vulneración de derechos fundamentales espectacular y que genera esta sensación de que puedes ser tú y que cualquier día pueden venir a tu casa a buscarte. En nuestro caso, la misma semana de las detenciones, detuvieron a dos compañeros nuestros, menores de edad ambos, en Sant Andreu, sin dar explicaciones de por qué se les detenía. Tenemos mucha gente encausada, en muchos de los casos de los CDR, como por ejemplo el del Tribunal Superior de Justicia; también por la protesta contra Sociedad Civil Catalana en la Universitat Auntónoma. Se van acumulando y los motivos son varios, mostrando que no es solo una cuestión contra el procés independentista, sino que es una cuestión más generalizada.
Antes del 11 de setiembre hicimos una rueda de prensa con el lema No Claudiquem, la idea es enmarcarlo todo aquí, con la lógica de que ante la represión no claudicamos sino que avanzamos. Yo creo que la idea es comenzar a ver cómo ligamos todas las campañas antirepresivas bajo este marco del no claudicar y de la importancia de continuar hacia adelante aunque la represión te ataque.
En el caso que comentabas de Sociedad Civil Catalana, se ve el papel cómplice de la universidad con la policía, la cual llegó a dar nombres de militantes universitarios.
Está claro que hay connivencia por parte de muchas instituciones públicas. En el caso de 8mil motius, encausadas por los cortes de vías durante la huelga feminista, quien pone primero la denuncia es Ferrocarrils de la Generalitat. Y bueno, aquí la gran contradicción en estas movilizaciones es el papel de los Mossos. La mayoría de casos represivos de los que hablamos no son de la Policía Nacional, son Mossos. Tienes un govern de la Generalitat que habla todo el rato de la necesidad de movilizarse, de salir a la calle, de la injusticia de la sentencia, pero a la vez está utilizando a los Mossos para reprimir a esta misma gente a la que llama a movilizarse, y hoy mismo no eran ni capaces de condenar la violencia de la actuación de la actuación policial en el aeropuerto.
Unos de los casos que se han conocido más es el de "Controlades", ¿cómo se origina y en que situación se encuentra actualmente?
Lo último de Controlades es la sentencia que condenaba a pagar 24.000€. Básicamente Controlades viene de una manifestación del 1 de mayo de 2016, donde identifican a algunas compañeras a través de archivos policiales. No hay identificaciones en la manifestación. En el juicio, los Mossos dejaron entrever que algunas identificaciones se han hecho a través de los archivos policiales, porque sino no se explica como identifican a estas personas a través de identificaciones previas que ya había habido, y cogen a unas cuantas personas que estaban en la manifestación y las acusan de delitos de desórdenes públicos.
Ahora estamos en proceso de recurrir la sentencia, pero este caso es la muestra de cómo a través de perfiles ideológicos buscan personas para incriminarles ciertos delitos que puedan suceder en la manifestación y hacerlo a través de ficheros que no debían ni de existir.
Con tantos casos de represión, ¿cómo os planteáis hacerle frente?
Entendemos que la represión tenemos que tomarla de forma colectiva. Quien sufre la represión no debe tomarlo como una gestión individual, sino que es una responsabilidad colectiva. Pero claro, la represión tiene consecuencias, tanto a nivel individual, por la incerteza de todo el proceso judicial, no sabemos si de aquí a dos años estarás entrando a prisión....A nivel de organización existe la asfixia económica, que es otra de las voluntades también: las multas, impedir que puedas hacer actividad política, el miedo que genera en el resto de compañeras...Tiene una voluntad desmovilizadora a través del miedo. Todo esto hay que trabajarlo colectivamente e intentar que la represión no pare lo que estás haciendo.
Si hay represión es que lo que estás haciendo funciona y realmente puede hacer tambalear las bases del Estado, y tienes que continuar haciendo lo que haces y no dejar que la represión condicione tu actividad política. En este sentido, la solidaridad también es importante, de cara a poder hacer frente a las multas y todo lo demás.
Estamos viendo manifestaciones masivas contra la sentencia y la participación de la juventud a la cabeza...
Una cosa que se escucha mucho es eso de ¿dónde están los jóvenes?. cuando hay acciones de este tipo y que tienen sentido, la juventud participa, y está clarísimo que han sido parte de todo este movimiento durante todo este tiempo y eso es algo que se demuestra cada vez que hay acciones como las actuales. Valoramos muy positivamente lo que ha pasado cuando se ha conocido la sentencia. Nosotras defendíamos la línea de que la respuesta a la sentencia tenía que ser masiva, desobediente y contundente, y creemos que lo del lunes cumplía con esto y que iba en la buena dirección, de intentar tocar también a nivel económico, rompiendo la normalidad. La gente tiene ganas de salir a la calle, de movilizarse y de canalizar la rabia que supone lo que está pasando. Mas allá de la respuesta policial, la movilización popular fue impresionante.
Viendo que la sentencia sienta un procedente duro de represión contra movimientos sociales, ¿cómo se puede continuar la lucha antirepresiva y qué papel debería tener la juventud?
Lo que comentábamos antes, creo que hay una algo fundamental que es que la represión no consiga cumplir con la función para la que está pensada. Después, la idea de la solidaridad y tomarlo colectivamente. Lo que decimos también es que ante de la represión nos tenemos que proteger. Hay mucha criminalización Hacia ciertas formas de protegerse, como puede ser taparse, pero también el ejemplo de Controlades, que se identificó a gente por cámaras y ficheros policiales, entonces tenemos derechos a protegernos y debemos protegernos delante del Estado. Hay una escalada represiva, que seguramente no se acabe aquí, y creo que debemos comenzar a prepararnos para ver cómo encaramos todo esto. |