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La Izquierda Diario
31 de enero de 2025 Faceboock

Bolivia
En estas elecciones los trabajadores y el pueblo pobre no tenemos representantes de nuestra clase
Elio Aduviri

Este domingo 20 de octubre son las elecciones generales en Bolivia. Las y los trabajadores y la población en general tendremos que elegir entre diversas variantes patronales: candidatos empresariales, religiosos, burócratas sindicales y arribistas de variada gama.

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Mañana se disputa en las urnas lo que para una gran mayoría de electores será elegir su “mal menor”. Los dos candidatos con más opciones de ser elegibles son el binomio oficialista, Evo Morales y Álvaro García Linera que buscan su cuarta reelección, y, por otro lado, Carlos Mesa y un poco conocido, Gustavo Pedraza, como su candidato a vicepresidente. Las recientes encuestas, poco creíbles muchas de ellas, han venido mostrando que mientras más se acerca el día de votación, la tendencia nos llevaría a una segunda vuelta ya que al parecer se acortaría la distancia entre Morales y Mesa y de ser así vamos a un ballotage.

Repasemos lo que representan los candidatos en disputa

Evo Morales empezó en la política representando los derechos de los colonizadores y campesinos del Chapare y Álvaro García Linera fue docente universitario y ex miembro del Ejército Guerrillero Tupac Katari (EGTK) por el cual pasó 5 años preso. Ambos consolidaron el binomio presidencial que viene gobernando nuestro país ya casi 14 años habiendo logrando capitalizar bajo su sigla del Movimiento Al Socialismo (MAS) , todo el movimiento popular que se había desarrollado en octubre del 2003. Gracias al favorable escenario económico que acompañó la región durante la última década se alcanzó una importante estabilidad macroeconómica y que permitió la extensión de una nueva clase media como resultado de haber logrado pasivizar la acción del movimiento de masas que durante los primeros años de la década había logrado hundir todo el régimen político y el sistema de partidos.

Sobre esta base el MAS hoy en su campaña tiene como eslogan que la única opción para el pueblo boliviano, si quiere un “futuro seguro”, es apoyar su cuarta reelección. Hay elementos que favorecen este discurso, veamos la situación en Argentina cuyo ejemplo es el que de manera directa refiere Evo Morales para decirnos que si no queremos tomar el rumbo de Argentina, nuestra única salida es votar por él.

Desde el arco opositor, en las últimas semanas el empresario del cemento, Doria Medina; Tuto Quiroga, ex vicepresidente y ex presidente durante el último gobierno del General Bánzer; Juan del Granado, ex dirigente del Movimiento Sin Miedo perteneciente al Foro de San Pablo y ex alcalde de La Paz; así como Manfred Reyes Villa, ex capitán del ejército y ex gobernador de Cochabamba –hoy en el exilio-, han dado su apoyo a Comunidad Ciudadana (CC) de Carlos Mesa en un intento de asegurar la segunda vuelta que pueda derrotar a Evo Morales. Por otro lado, tenemos los partidos pequeños que han hecho de la política un comercio y viven de vender siglas o sacar uno o dos diputados que como hoja al viento están con la opción política de conveniencia. Entre estas variantes tenemos al Frente para la Victoria (FPV) o la Unión Cívica Solidaridad (UCS) hoy en manos del ex vicepresidente de Goni, el catarista Víctor Hugo Cárdenas devenido en una de las candidaturas más derechistas.

Mientras el gobierno se siente fuerte porque bajo su administración se puede ver hasta ahora que a Bolivia le sigue yendo bien. Los opositores sólo pueden tomar como bandera de disputa el discurso de la “democracia” –en alusión a la violación del resultado del 21F de 2016- y la corrupción, pero en los hechos, no pueden diferenciarse demasiado del gobierno en materia de propuestas económicas y sociales.

Tanto el MAS, como lo ha venido demostrando, al preservar leyes que flexibilizan y precarizan los derechos de las y los trabajadores así como al vulnerar los derechos a la libre determinación de los pueblos indígenas, y la oposición patronal, no son alternativas para el pueblo trabajador. Tampoco lo son para las mujeres ni las diversidades sexuales ya que más allá de sus matices, todos ellos han gobernado, gobiernan y lo seguirán haciendo en contubernio con las iglesias.

En resumidas cuentas, el ámbito de la política está reservada para las personas con posibilidades económicas. Pero estas personas entran a la política en la perspectiva de mejorar su posición económica y social. En realidad, pelearán por sus intereses “mejorando” leyes, decretos que defiendan sus negocios.

Los empresarios como Mesa u Ortíz con todos sus diputados trabajarán para producir leyes y decretos que exploten más a los trabajadores. Preparan al país para que la crisis económica que viene del exterior la paguen los trabajadores y el pueblo como viene sucediendo en países hermanos como Ecuador y Chile.

Debemos convertirnos en sujetos de nuestro futuro

Frente a este escenario, los jóvenes precarizados, los trabajadores y trabajadoras, los desocupados, los pueblos indígenas y campesinos, las mujeres y la comunidad sexo-diversa no tenemos representación en los candidatos actuales.

Lamentablemente la reforma de la ley electoral durante el mes de noviembre del año pasado se encargó no solo de adelantar el calendario electoral en casi un año sino también de eliminar la participación de diversas agrupaciones ciudadanas que se encontraban recabando firmas para cumplir los requisitos legales exigidos. Este fue el caso de la “Alternativa Anticapitalista de las y los Trabajadores” (AAT) impulsada por la LOR-CI (Liga Obrera Revolucionaria por la Cuarta Internacional) junto a sectores juveniles y de trabajadores independientes tanto del oficialismo como de la oposición quienes frente a la proscripción de las referidas reformas electorales fue impedida de poder constituirse en una expresión política anticapitalista e independiente.

Hoy las y los trabajadores tenemos que recuperar nuestras organizaciones sindicales, tenemos que buscar tener una voz de reclamo en el parlamento de los empresarios. Basta de delegar nuestro futuro a partidos e individuos que lo que tienen en común es mantener las normas que preservan la división de las filas obreras, que vulneran los derechos de organización sindical y que terminan trabajando para los agroindustriales y el empresariado como lo demostraron los actuales opositores durante el ciclo neoliberal y el MAS, que pese a diversas reformas constitucionales, ha mantenido en lo esencial las normas que garantizan la dictadura empresarial al interior de las fuentes de trabajo.

Ante esta situación, desde la LORCI y la fórmula “AAT” llamamos a votar nulo o blanco en estas elecciones pero afirmando que la clave se encuentra en impulsar desde hoy mismo la construcción y la organización de una poderosa fuerza política al servicio de las y los trabajadores, de los pueblos indígenas, las mujeres, la juventud y las diversidades sexuales que hoy no encuentran expresión política propia en estas elecciones.

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