Expertos encuestados por Citibanamex redujeron su expectativa de crecimiento económico en México para este año, pasando de 0.4 a 0.3 por ciento. La cifra resultó de la diversidad de pronósticos entre las instituciones consultadas, siendo BX+ la más optimista con una previsión de 0.6 por ciento, mientras que UBS y Finamex , las más pesimistas, estimaron un crecimiento de 0.1 por ciento.
Por su parte, Grupo Financiero Banorte también ajustó a la baja su expectativa, de 0.8 a 0.3 por ciento. En este caso, la reducción se explica por la desaceleración económica que, según la institución bancaria, siempre ocurre en el primer año de gobierno de un presidente, generando incertidumbre entre los empresarios, que optan por posponer sus proyectos de inversión. Banorte invisibiliza así la situación de la economía mundial y sus repercusiones en México.
Sin embargo, los vientos de recesión que soplan en la economía internacional, cruzados por la guerra comercial entre Estados Unidos y China, son determinantes para la economía nacional, poniendo en cuestión, por ejemplo, la viabilidad de los programas asistencialistas de la 4T, o el cumplimiento de promesas como no aumentar la deuda externa y no subir o generar nuevos impuestos.
En este último caso, el de no cobrar más o nuevos impuestos, se trata de una política tramposa, pues aunque nadie quiere pagar más impuestos, no todos tenemos los mismos ingresos, y mientras que la gran mayoría de la población sobrevive con salarios miserables, los grandes empresarios siguen amasando insultantes fortunas. Pero así, metiendo a todos en el mismo saco, se garantiza que los intereses de los ricos no se toquen.
Ante los pronósticos de recesión internacional y crecimiento nacional a la baja, lo más probable es que el gobierno profundice su política de austeridad, con nuevas oleadas de despidos de trabajadores estatales y más recortes en salud, educación y cultura, además del aumento en la edad jubilatoria como recomienda el FMI.
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Lo anterior, mientras se destinan cada vez más recursos a la militarización del país, como lo anunció recientemente el titular de Hacienda, Arturo Herrera, quien dijo que “una de las cosas que nosotros estamos haciendo es darle un tratamiento tributario (al tema de la inseguridad); dotamos con 56 mil millones de pesos a la Guardia Nacional”.
Frente a los nubarrones que se aproximan en la economía, una salida realmente progresiva sólo podrá venir, siguiendo el ejemplo de Ecuador, Chile y otros países de América Latina, de la movilización de los trabajadores, la juventud y demás sectores populares, luchando por medidas como el no pago de la deuda externa, impuestos progresivos a las grandes fortunas, la renacionalización de la industria energética y la disolución de la Guardia Nacional; así como por la reinstalación de todos los despedidos; plenos derechos para todos los trabajadores; aumento salarial de emergencia para cubrir el costo de la canasta básica, ajustable a la inflación; reducción de la jornada laboral y reparto de las horas de trabajo entre ocupados y desocupados.
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