En el año de 1963, 3 mujeres estuvieron a bordo de la nave Vostok 6, Valentina Tereshkova, reconocida como la primera mujer en el espacio, fue la piloto de dicha misión. 20 años después(1984), Svetlana Savitskaya se convirtió en la primera mujer en realizar un paseo espacial.
Para finales de los 70’s Sally Ride se convirtió en la primer estadounidense lesbiana en ir al espacio. Como ellas, podemos encontrar 53 ejemplos más de mujeres en el espacio. Entonces ¿por qué es tan mediática la caminata espacial de estas dos mujeres?
El viernes 10 de octubre del año 2019, Jessica Meir (Doctorada en Biología Marina) y Christina Koch (Ingeniera Eléctrica) fueron protagonistas de la primera caminata espacial integrada únicamente por mujeres.
Con la finalidad de reemplazar un control de carga de baterías solares en la Estación Espacial Internacional -por sus siglas en inglés EEI-, se aventuraron en una misión que duró poco más de 7 horas.
Todo esto como parte de un proceso más amplio puesto en marcha para sustituir baterías de níquel-hidrógeno por unidades de mayor capacidad compuestas por iones de litio.
Problemas (de género) con el equipo
Estas dos mujeres tenían prevista su misión para marzo de este año, sin embargo, cuatro días antes de su despegue fue cancelada, debido a la falta de trajes para mujer en las tallas adecuadas. Lo que resulta contradictorio frente a las declaraciones del administrador de la NASA, Jim Bridenstine:
“Queremos asegurarnos de que el espacio está disponible para todas las personas, y éste es otro hito en esa evolución”.
Una llamada espacial
Mientras la operación de reparación y reemplazo del equipo se llevaba a cabo, y en el marco de la transmisión vía internet de toda la misión, ambas astronautas recibieron una llamada del presidente de los EEUU, Donald Trump, desde la sala Roosevelt, en la Casa Blanca, en Washington DC.
A la par que el presidente, Donald Trump, hace alusión a la valentía e inteligencia de las astronautas, realiza recortes de más de 20,000 millones de dólares al presupuesto educativo y de investigación. Poniendo así, en riesgo la educación de casi 21 millones de niños, más de 8 millones de estudiantes de educación superior que reciben becas del gobierno y millones de estudiantes más en diversas condiciones. |