Aunque por un margen menor, Axel Kicillof reiteró su triunfo de las PASO y se convirtió en el nuevo gobernador de la Provincia de Buenos Aires. Así, para 2023 el peronismo habrá gobernado 32 de los 40 años transcurridos desde el fin de la dictadura.
En la provincia votó el 82,41 % de un total de 12.513.930 personas empadronadas. Lo hicieron en las 37.700 mesas que habían sido habilitadas en todo el territorio bonaerense.
Con casi el 80 % de las mesas escrutadas, Kicillof obtenía casi el 52 % de los votos mientras que en segundo lugar quedaba Vidal con el 38,7 %. En tanto que el Frente de Izquierda y de los Trabajadores Unidad se acercaba al 3% de los votos de una elección ultrapolarizada. En la categoría diputados nacionales el FIT Unidad superaba el 3,50 % de los votos con el 80 % de las mesas escrutadas.
Estos resultados reconfiguran también la composición de la Legislatura provincial, donde el recuento definitivo de votos determinará cuántos escaños en ambas cámaras ganará el Frente de Todos y cuántos perderá Cambiemos.
Territorio recuperado
Sin dudas el centro de gravedad del triunfo peronista está en el conurbano bonaerense, repitiendo elecciones en varios distritos y recuperando otros que estaban en manos de Cambiemos como Morón y Quilmes). Pero también tuvo una buena performance en el interior provincial.
En las tres ciudades bonaerenses más importantes en cantidad de electores, la Plata, Mar del Plata y Bahía Blanca, el Frente de Todos tenía muchas expectativas de ganarle las intendencias al macrismo. Pero finamente se terminaron imponiendo los actuales intendentes. En La Plata, con la mitad de las mesas escrutadas, Julio Garro le sacaba 10 puntos de diferencia a Florencia Saintout.
El post vidalismo
Con la contundente derrota, Vidal se concentró en salir de las elecciones con la mayor fuerza posible “para seguir haciendo política en la provincia”. Incluso antes de la derrota en las PASO la Gobernadora se había garantizado el control de las listas apelando a las candidaturas de los sectores más fieles.
El cierre de campaña del jueves, realizado en el estadio de Platense en Vicente López, se realizó bajo la consigna “Ahora nosotros”. Habrá que ver entonces cómo quedan y de qué piso partirá el vidalismo en la oposición.
Millones de votos que no serán correspondidos
La provincia concentra los peores efectos de la crisis económica. Ciudades con niveles de pobreza y desocupación extremos y con la salud, la educación, la vivienda y la infraestructura en decadencia. Gran parte de las y los votantes del Frente de Todos de este domingo no eligieron tanto por las características de Kicillof y Magario sino para sacarse de encima a Vidal y todo su Gabinete.
La crisis económica y social bonaerense es un terreno fértil para que germinen expectativas en el discurso del Frente de Todos y de Kicillof en particular, quien durante toda la campaña se dedicó a prometer una lucha contra el “industricidio” de Vidal y así garantizar la creación de miles y miles de nuevos puestos de trabajo.
Pero la realidad amenaza de lleno esas expectativas. Sobre todo porque desde los primeros días de su gestión Kicillof tendrá que afrontar importantes vencimientos de deuda pública. El 15 de diciembre, a cinco días de asumir, el nuevo Gobernador deberá pagar casi U$S 69 millones de intereses. Entre enero y febrero habrá que desembolsar U$S 562 millones y € 27 millones entre intereses y amortización. En total en 2020 tendría que pagar más de U$S 1.820 millones y casi € 167 millones. |