El ajuste se hace sentir. La transición ordenada que pretenden los Gobiernos implican despidos y suspensiones en las empresas alimenticias y otros rubros.
Un nuevo cierre se conoció esta mañana, se trata de la fábrica Arisco, de la multinacional Unilever, en La Rioja donde al menos 130 operarios fueron despedidos. "Nos dijeron que el lunes nos iban a dar algunas capacitaciones y el martes volvería a arrancar la producción", informó Carlos Carrizo, uno de los delegados de la planta a Infogremiales. Sin embargo la planta fue cerrada, allí producen aderezos como mostaza, kétchup, mayonesa y salsas Knorr.
Por su parte Alco Canale presentó un preventivo de crisis y despidió a 25 trabajadores, "quieren pagar el 50% de la indemnización en cuotas", denunció José Ocampo Secretario general del Sindicato de Trabajadores de Industrias de la Alimentación (STIA) delegación Catamarca.
En tanto Arcor, adelantó las vacaciones. La medida fue acordada con los representantes de los trabajadores y afectaría a más de 2.500 personas de sus plantas ubicadas en Colonia Caroya (Córdoba), Villa Mercedes (San Luis), Salto (Buenos Aires) y Tucumán.
El ajuste es para quienes trabajan. En esa tregua ante el ajuste de Macri y los grandes empresarios también hubo cómplices políticos del peronismo que ahora serán oficialistas. No hay que olvidarse del rol del sindicalismo peronista que conduce la CGT ha sido cómplice de contener a la clase trabajadora ante ese ajuste.
Como informamos en La Izquierda Diario "este 10 de diciembre volverá a un cargo importante en el Estado. Moroni será el titular del Ministerio del Pacto Social. También conocido como Ministerio de Trabajo". |