Las desigualdades de género entre mujeres y hombres en el ejercicio profesional del periodismo evidencia que las tareas pendientes aún son muchas. Los resultados de la investigación académica de Mellado y otros autores (2010) indican por ejemplo que el porcentaje de periodistas desglosados por género es de un 52,1% hombres mientras que un 47,9% corresponde a mujeres. |
Sin embargo el mismo estudio indica que en el área de la producción de contenido de prensa, y en docencia predominan los hombres en más de un 60%, mientras que las mujeres se ubican mayoritariamente en el área de las comunicaciones corporativas.
Si bien las mujeres son la mitad o más de las estudiantes de las carreras de periodismo, a la hora del ejercicio profesional muchas dejan de ejercer o directamente nunca ejercen debido a que forman una familia o se dedican a criar sus hijos. Sumado a ello la presión laboral para las mujeres que ejercen es enorme: doble jornada (trabajo más tareas domésticas o crianza de hijos e hijas).
Además el sexismo existente en los medios implica que los estereotipos y patrones de “belleza” y “juventud”, sobre todo en la televisión, se vuelvan asfixiante para las mujeres. Junto al acoso laboral y sexual la situación no es fácil. En el ámbito académico, hay carreras de periodismo donde predominan los hombres, lo mismo en el ámbito de la investigación.
Si bien las mujeres hemos ganado espacios laborales, tanto brillantes periodistas como académicas o dirigentes-recordemos que actualmente la presidenta del Colegio de Periodistas es por primera vez una mujer y también en varios colegios regionales- las desigualdades persisten: son pocas las mujeres directoras de medios de comunicación, el nivel de mujeres periodistas que participan activamente en los colegios es de apenas el 15% , los salarios siguen siendo inferiores para las mujeres y la visibilización pública aún es predominantemente masculina.
Mientras las desigualdades de género son un ámbito aún de lucha para las mujeres periodistas en aspectos tan relevantes como la precarización laboral, desigualdad salarial y doble o triple jornada; aún la batalla contra el uso del lenguaje sexista, la construcción de estereotipos machistas, la invisibilización de la violencia y el femicidio, y la falta de voz de las mujeres en temas tan relevantes como el derecho al aborto o la reforma laboral, nos plantean un desafío aún mayor, en un lugar social tan clave como los medios de comunicación. |