Alberto Fernández hace apenas 72 horas ganó la elección presidencial. Desde entonces ha intentado mostrarse activo, visitando primero Tucumán y luego algunas localidades de la Provincia de Buenos Aires.
El miércoles estuvo en San Martín, recorriendo con Sergio Massa, el intendente Gabriel Katopodis y el empresarios textil Teddy Karagozian una de sus empresas. El objetivo, está claro, es mostrarse cerca del “Mundo Pyme” y mostrar alguna buena noticia.
Karagozian es el CEO del grupo TN & Platex y le reconoció a Alberto que en los últimos 4 años despidió a 800 de sus 1900 empleados. Sin dudas, la industria textil no solo es una de las que más ha despedido, sino donde el trabajo “en negro” y la precarización laboral son más altas. Muchas son mujeres. Pero durante la visita del flamante presidente dijo que pensaba reactivar su negocio y tomar trabajadores.
Este jueves la “buena noticia” fue presentada con una foto de Fernández junto al empresario Rubén Cherñajovsky . El dueño del Grupo NewSan es uno de los empresarios más ricos de la Argentina, con negocios en distintos rubros. A fines de 2018 se hizo conocido porque muchas de sus trabajadoras y trabajadores de la planta de Valentín Alsina habían sido despedidos. Ante la baja temporaria en sus ventas y algunos reclamos que no le cayeron bien, comenzó con una oleada de despidos que hizo que una fábrica de 400 obreros terminara con pocos más de 60. Muchos de ellos se movilizaron, pelearon e incluso lograron la reinstalación con fallos judiciales.
En el verano de 2018, quienes reclamaban sus puestos de trabajo fueron reprimidos por la Policía Bonaerense ante el pedido del "empresario más importante" de desalojar el frente de su planta.
Otra ola de despidos sacudió a los obreros y obreras de New Sam en Tierra del Fuego. La UOM no hizo nada. O en todo caso, avaló los despidos.
Hoy Fernández habló con Cherñajovsky de las posibilidades de negocios. ¿Le preguntó qué pasó con las 300 familias que dejó en la calle en esa misma planta en el último tiempo? ¿Le va a pedir Fernández que reinstalen a todos esos trabajadores y trabajadoras despedidos por Karagozian, Chernajovsky y los “empresarios nacionales” en estos años? ¿SIAM va a volver a funcionar con 400 trabajadores o más; o va aumentar los ritmos y perseguir a los activistas para poder sacarle hasta la última gota de sangre y sudor a sus obreras?
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