La mañana de este 4 de noviembre, alrededor de 50 estudiantes y una treintena de trabajadores de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM se concentraron en las afueras del plantel a la expectativa del paro de actividades convocado por un sector del feminismo separatista de la facultad.
De momento, los estudiantes que impulsan esta toma de instalaciones se hallan con las puertas cerradas y se han limitado a colocar en las afueras de la escuela el comunicado de la "reunión" del martes 29 de octubre y de manera paralela el comunicado de la Dirección de la escuela, sobre el que regresaremos más adelante.
Desde la Agrupación Juvenil Anticapitalista creemos un error limitarse a colocar comunicados en vez de abrir las puertas y una discusión con la comunidad para convencer a la mayoría de sumarse e impulsar un amplio movimiento que enfrente efectivamente la violencia en contra de las mujeres en la UNAM y que retome para su organización lo mejor de las lecciones del movimiento estudiantil.
Es preocupante que se reproduzcan métodos burocráticos para la toma de decisiones.
Es importante recordar que esta toma fue acordada en una reunión reducida sin amplia participación de la comunidad, en donde un sector del separatismo se adjudicó la autoridad para expulsar de espacios de discusión a quienes no son afines a su política, método que se mantiene en las primeras horas de esta toma, al negar la participación a estudiantes de distintas organizaciones de izquierda.
Mientras no se rompa la dinámica de polarización que mantiene al "activismo" encerrado en la escuela, el movimiento estudiantil difícilmente podrá conquistar sus demandas.
Regresando sobre el comunicado de la autoridad, debemos denunciar que en él no hallamos respuesta alguna a la problemática de la violencia contra las mujeres que se vive en esta facultad y en el grueso de la Universidad. Por el contrario, para Jorge Enrique Linares Salgado, director de esta escuela, cada uno de los casos de violencia ha sido atendido de manera individual y de acuerdo al "protocolo" y no hay nada más por hacer.
Resalta que el protocolo de género, incapaz de ofrecer una alternativa integral que combata la violencia en general y contra las mujeres en particular dentro de la Universidad, reproduce y fortalece una lógica punitiva homóloga a las estructuras represivas del Estado.
La actitud cínica y autocomplaciente de la autoridad demuestra la completa incapacidad de las autoridades universitarias y desde luego de toda institución del Estado para resolver de raíz esta problemática (ya que son causantes de la misma) y debe llevarnos a concluir que somos únicamente las y los estudiantes, académicos y trabajadores quienes, de manera independiente, podremos poner alto a la violencia que, en medio de la sucesión del Rector, es secundaria para quienes manejan la Universidad.
Desde la Agrupación Juvenil Anticapitalista hacemos un llamado a las y los estudiantes a mantenerse al pendiente e incorporarse a la discusión para fortalecer por izquierda la organización estudiantil de la facultad. Pues, aunque diferimos en los métodos, compartimos la necesidad urgente de discutir un programa político que enfrente desde sus orígenes la violencia contra las mujeres.
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