Verdadera heroína de la ciencia, no solamente fue la primera mujer en recibir un premio Nobel sino que además fue la primer persona en la historia en recibir dos veces este reconocimiento. En su honor, el 7 de noviembre se celebra el Día de la Física Médica.
Un 7 de noviembre de 1867, nace Maria Sklodowska en Varsovia, hija de un profesor de matemáticas y de física, disciplinas por las que María se apasionará. De su padre también heredará el ateísmo. Por su condición de mujer, el proyecto de seguir una carrera científica la va a acarrear numerosas dificultades. Estando Polonia sometida por el imperio ruso y estando los estudios superiores vedados a las mujeres, debió estudiar en una universidad clandestina de Varsovia. En 1891 parte a París, donde estudiará matemáticas y física con científicos prestigiosos. Estudiaba de día y daba clases de noche, con un tan escaso salario que sufría de desmayos por el hambre. En 1893 recibe su licenciatura en física y uno de sus profesores, el físico Gabriel Lippmann, impresionado por su talento, la empleará en su laboratorio. Habiéndole encargado un estudio sobre la imantación del acero, la investigación la lleva a conocer a un especialista en el tema: Pierre Curie, quien se convertirá en su esposo dos años más tarde.
En ese entonces, el físico Henry Becquerel, quien por accidente había encontrado que un compuesto de uranio velaba las placas fotográficas, descubrió que la actividad del uranio era una propiedad atómica. Esto despertó la curiosidad de Curie, quien se propuso investigar si existían otros elementos que emitieran radiación. Marie se hizo cargo de la investigación. Buscando en la tabla periódica los elementos más cercanos, examinó el torio y minerales complejos como la pechblenda y la chalcolita. Marie desarrolla un trabajo largo y penoso, en un laboratorio rudimentario y con escaso instrumental. Para julio de 1898 había descubierto el polonio y para diciembre del mismo año, el radio. Dos años de labor le había costado aislar, de una tonelada de pechblenda, tres décimas de gramo de cloruro de radio, dos millones de veces más activo que el uranio. Es ella quien nombra a este tipo de radiación radioactividad. En 1903 el matrimonio Curie junto a Henry Becquerel reciben el premio Nobel (como a ella no se lo querían dar por ser mujer, Pierre Curie se niega a aceptarlo, entonces acceden a incluirla). Así, será la primera mujer en recibir este premio. En 1906 Pierre muere en un accidente callejero, Marie hereda su cátedra en la Sorbona (una primicia en la época). En 1909 es nombrada titular de Física general y radioactividad. Redactará los primeros tratados sobre radioactividad. En 1911, al realizar la hazaña de aislar radio puro es recompensada con un segundo premio Nobel.
Durante la 1ª guerra mundial, recorrerá el frente con un grupo de veinte ambulancias dotadas de equipo radiográfico para localizar los fragmentos metálicos en los heridos, asistida por su hija Irene de 18 años. Esta labor, no reconocida por el gobierno francés, servirá de ejemplo para una serie de diversas luchas feministas. Tuvo la satisfacción, por otro lado, de ver a su hija Irene seguir la tradición científica familiar [1].
Verdadera heroína de la ciencia, las prolongadas exposiciones a los materiales radioactivos (cuya nocividad se desconocía) le provocarán una leucemia que causará su fallecimiento. En un reconocimiento tardío el gobierno francés dispuso en 1995 que sus restos se depositaran en el Panteón, siendo la única mujer cuyos restos reposan allí.