Los datos publicados por el Indec este miércoles confirmaron que en el mes de septiembre se profundizó el efecto contractivo de la crisis económica sobre la producción manufacturera y la construcción. La actividad económica había alcanzado un descenso de 3,8 % en agosto.
El impacto de la devaluación post PASO se expresó con fuerza en septiembre, así el índice de producción industrial manufacturero (IPI manufacturero) que cayó 5,1% respecto a igual mes de 2018. Con relación al mes anterior, la serie original con estacionalidad registra una disminución en su nivel de 7,3%.
Fuente: Indec
Dentro de los sectores industriales, las divisiones más golpeados en términos interanuales fueron: “Otro equipo de transporte”(19,0%); “Prendas de vestir, cuero y calzado” (18,2%); “Vehículos automotores, carrocerías, remolques y autopartes”(16,2%); “Muebles y colchones, y otras industrias manufactureras”(13,7%); “Sustancias y productos químicos”(12,3%); “Productos de metal” muestra una disminución de (9,4%); “Maquinaria y equipo”(8,7%) e “Industrias metálicas básicas” (8,3%).
Al calor de la crisis económica la industria anota 17 meses consecutivos en baja. El acumulado de los nueve meses de 2019 presenta una disminución de 7,8% respecto a igual período de 2018, postales de la “herencia” macrista.
Construcción en caída libre
En igual sentido, el índice elaborado por el Indec que mide la actividad de la construcción (ISAC) confirmó un hundimiento del sector de 8,5% respecto a igual mes de 2018. La serie original con estacionalidad registra una baja en su nivel de 6,5% respecto al mes anterior, mientras el índice de la serie desestacionalizada muestra una variación negativa de 4,6% respecto al mes anterior
Además en los primeros nueve meses del año el índice serie original presenta una disminución de 8,0% respecto a igual período de 2018.
En la larga transición hacia el 10D, las perspectivas de los empresarios de la construcción revelaron en una encuesta cualitativa elaborada por el Indec que, para el 77,9% de las compañías que se dedican a obras públicas y el 58,7% de las empresas que se desempeñan en el sector privado el nivel de actividad seguirá bajando en el último trimestre del año. Coincidiendo con las perspectivas de los industriales sobre la evolución se la demanda interna que de cara al cuarto trimestre de 2019, en la que sostienen que: aumentará 8,6 %, no variará 42,7 % y disminuirá un 48,7 %.
Esta situación de profunda crisis deja al descubierto que las principales medidas del macrismo para contener al dólar, principalmente de tasas por las nubes (encareciendo el crédito) sumado a la fuerte caída del consumo por la recesión con alta inflación, golpearon con fuerza sobre el sector industrial, haciendo peligrar cada vez más puestos laborales.
Todo hace pensar que de las negociaciones que entable Alberto Fernández con el FMI, para seguir “honrando los compromisos” de una deuda impagable, nada bueno pueden esperar los trabajadores. En la actualidad existen más de dos millones de desocupados, y sólo en el último año se perdieron 125.000 puestos laborales.
Si en la transición consensuada sólo se benefician las patronales con los cierres, despidos y suspensiones, en aumento en las últimas semanas como en Kraft-Mondelez, Motomel o Arcor. El panorama para los trabajadores será más adverso cuando se conozcan los nuevos condicionamientos de ajuste que impondrá el FMI. Las burocracias sindicales, cómplices del ajuste macrista ya anunciaron que con el pacto social albertista vendría un “congelamiento de salarios”. Rechazar el pago de la deuda a los especuladores y echar al Fondo se vuelve impostergable, para pelear por una salida a la crisis que beneficie a los trabajadores y sectores vulnerables.
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