Desde el inicio de esta semana hemos visto cómo les estudiantes secundaries, a nivel nacional, han salido nuevamente a la escena política del país, en medio de los ataques del Gobierno hacia los sectores movilizados y la represión que tiene como blanco a les estudiantes secundaries. Hemos visto cómo ingresaron al Liceo 7 de Providencia a punta de perdigones contra menores de edad, además de secuestros, detenciones, desalojos de liceos, torturas y abusos sexuales.
Toda esta línea represiva del gobierno es producto de que fueron, precisamente, les secundarios quienes iniciaron la rebelión. Quienes saltaron los torniquetes en solidaridad, con sus vecinos, padres, abuelos y tíos contra el alza de $30 del pasaje del metro en horario punta. Y el gobierno respondió atacándolos con la Ley de Seguridad Interior del Estado y lo que ya sabemos en cuanto al Estado de Emergencia y los crímenes de los militares y la policía a lo largo del país, ante la enorme revuelta popular.
Pero las y los secundarios, esa misma chispa que encendió la pradera, no es tan fácil de apagar. Con fugas masivas, nuevas evasiones de metro, concentraciones y asambleas, vuelven para fortalecer la movilización, contradiciendo la política de Sebastián Piñera de volver a la normalidad. Y contradiciendo la intención de negociación y no violencia que vienen planteando desde la Mesa de Unidad Social o partidos como el Partido Comunista y el Frente Amplio, que han llamado a ser pacíficos y hasta han solidarizado con la policía.
¿Qué desafíos nos plantea esta situación?
Al interior del ex Pedagógico, estos días hemos estado discutiendo por medio de asambleas de profesores, funcionarios y estudiantes, la situación nacional y cómo afecta la realidad del Pedagógico. Lo cierto es que el hecho de mantenerse en el estado de asamblea permanente, permite la organización con resguardo tanto a funcionaries como académicos, sean estos de planta, contrata u honorarios, y permite fortalecer una comunidad educativa que quiere transformar las viejas estructuras universitarias y transformar la educación.
Pero tenemos que preguntarnos, ¿hacia dónde vamos? Principalmente se trata de enfrentar las condiciones de precarización, agobio y empobrecimiento que aquejan a una universidad en crisis y cuyo responsable directo es el mismo rector. Es por esta razón que al unísono hemos señalado demandas profundamente sentidas, diciendo fuerte y claro ¡fuera Espinosa y toda su plana directiva! Así también hemos dicho que la crisis del Pedagógico es la crisis de la educación de mercado y neoliberal, de un sistema que hoy se encuentra en un cuestionamiento profundo. Por eso es que nos plegamos al grito que remece las calles por ¡Fuera Piñera!
Ante nuestras movilizaciones, el gobierno no ha respondido más que con intransigencia y represión. Se niega a dejar su mandato, cuando las calles de todo Chile exigen que se vaya. Y solo ofrece algunos cambios cosméticos a la constitución, cuando las calles de todo Chile exigen echarla abajo pues nuestra pelea es contra toda la herencia de la dictadura. Esta situación, nos plantea la necesidad de la unidad tanto en las calles como en la acción, con quienes se enfrentan a la soberbia del gobierno, como les estudiantes secundaries, y un nuevo sector que antes no había salido a las movilizaciones, como les estudiantes del Instituto técnico del área privada INACAP.
Es necesario que nuestras asambleas triestamentales den un paso más allá, ayer ya les secundaries del Henrich llamaron a una asamblea abierta en Plaza Ñuñoa para materializar la coordinación, que debido a la represión no pudieron concretar, los profesores de Filosofía de la misma Universidad están en la preparación de una asamblea territorial, para unificarnos con les vecinos y sectores movilizades del sector, ya les estudiantes del Liceo 5 parte de la misma comunidad educativa, que a su vez representa la contradicción de la “Universidad Pública” neoliberal, debido a que representa el rol de sostenedor de un establecimiento que también tiene en sus hombros los embates de la crisis.
Este paso más allá, debe ser no sólo contribuir con un lugar de organización para que les secundaries puedan juntarse, que eso desde ya es necesario, por que son uno de los sectores más golpeados por la represión del gobierno. Sino que debemos impulsar la unificación por medio de una asamblea que ya no sea sólo del Pedagógico y sus estamentos, sino que se convierta en una asamblea de movilizades del Cordón Macul, que incluya a estudiantes de la Universidad de Chile, Utem, vecines, estudiantes secundaries y trabajadores del sector, esto nos entrega una mayor perspectiva tanto para la preparación activa, por medio de un comité de estudiantes y trabajadores hacia la huelga general del 12 de Noviembre, como para avanzar hacia un plan de lucha y enfrentar al gobierno.
Para a su vez también voltear a Espinosa y discutir qué modelo de Universidad queremos, a la vez que por medio de impulsar esta unificación vamos en contra de lo que quiere el mismo gobierno que buscamos sacar, separarnos, a estudiantes de trabajadores, a secundarios de universitarios, etc. Si defendemos en conjunto a quiénes más quieren atacar, por que saben que son una pluma que desequilibra la balanza y en el marco de un Gobierno con un 9% de aprobación, todo le es muy frágil de sostener, debemos aprovechar esto, para golpear juntos y preparar por medio de piqueteos en Liceos, pintatón de lienzos, marchas por el sector, la fuerza hacia la Huelga General por ¡Fuera Piñera! |