A la convocatoria contra el "paquetazo" del presidente Iván Duque, se han sumado cada vez más sectores a medida que se ha ido acercando la fecha, expresando el enorme descontento que el pueblo colombiano ha venido acumulando a lo largo de los últimos años.
Aún está por verse el impacto que tendrá en todo el país la jornada de protesta de este 21N, que estará acompañada de movilizaciones convocadas en Bogotá, así como en las principales ciudades del país. Pero como ya lo reflejan los medios locales, ha venido teniendo una dinámica creciente, luego que inicialmente las centrales sindicales y movimientos sociales la convocaran a principios de octubre al calor de lo que viene aconteciendo en el continente.
La manifestación va tomando cada vez más fuerza y hasta el momento hay confirmación de movilización en 12 departamentos, una lista que se va incrementando. Las movilizaciones y protestas estudiantiles en octubre que se hicieron sentir en Bogotá y en las principales ciudades del país contra la creciente represión y el incumplimiento de acuerdos por parte del gobierno sobre el presupuesto educativo, ya han mostrado el fuerte descontento existente contra el Gobierno de Duque.
El paro nacional de Colombia se da en el contexto de las movilizaciones que se han venido desarrollando en diversos países de América Latina, como en Honduras, Haití, pero sobre todo en Ecuador, Chile y la situación convulsiva en Bolivia donde el pueblo de este país resiste al golpe de Estado. Incluso diversos medios de Bogotá han destacado este impacto sobre todo de Chile.
Así en la revista La Semana, que de progre o de izquierda no tiene nada, lo ha reflejado de esta manera: “Después de ver en televisión cómo las multitudes se han tomado las calles en varios países para expresar su indignación, el turno le llegó a Colombia. Las protestas lejanas se han venido acercando. Luego de los ‘chalecos amarillos’ en Francia y los libertarios en Hong Kong, el estallido social llegó a América Latina (…). Pero la movilización social que más impresionó –por lo masiva, agresiva y sostenida– fue la de Chile, hasta ese momento considerado un país modelo (…)”.
Y no es para menos el temor de que Colombia se sume a ese clima regional. Se trata de un país en el que la derecha y la rancia burguesía, con su neoliberalismo imperante (una copia del modelo chileno), han llevado a la población colombiana a altísimos niveles de desigualdad, una juventud altamente precarizada, donde la represión y el asesinato de dirigentes sociales, sindicales, campesinos, indígenas es moneda corriente.
Las razones del paro y las movilizaciones
La movilización es motivada por el paquetazo del presidente Iván Duque que contiene la reforma previsional, laboral y tributaria, contra el holding financiero (que elimina el control directo del Estado sobre el dinero de las empresas financieras estatales), contra las privatizaciones, contra la corrupción (son casi 50 billones al año solo por corrupción), contra los tarifazos (como el de la energía eléctrica), por un salario mínimo que cubra la canasta básica familiar, por el cumplimiento de los acuerdos con los trabajadores estatales, Facode y estudiantes, la desfinanciación, contra el aumento del desempleo, por el derecho a la protesta social, contra la criminalización y estigmatización a los que luchan.
Sumado al aumento de la violencia contra el pueblo, asesinatos de indígenas, homicidio de líderes sociales, disidentes de las FARC, y recientemente la masacre de 8 menores de edad en un bombardeo del ejército en el departamento del Caquetá.
De acuerdo a muchos medios, y como se puede apreciar por las redes sociales, las marchas serán multitudinarias, se siente descontento social y la rabia por el paquetazo de Duque.
El Gobierno está temeroso, tanto así que ha decretado para este 21N el cierre de las fronteras, incluso se habla de la militarización de las ciudades, y de acuerdo a lo expresado este lunes por la ministra del Interior, Nancy Patricia Gutiérrez, se estudia un decreto para que alcaldes y gobernadores “adopten medidas especiales de mantenimiento del orden público en sus jurisdicciones, como la restricción del porte de armas o el toque de queda”. Y todos sabemos a qué se refieren con “medidas especiales”, que no es otra cosa que la potestad a alcaldes y gobernadores para reprimir las marchas.
Por su parte, los medios de comunicación pro-gobierno tratan de desincentivar las movilizaciones haciendo énfasis en que el paquetazo de Duque no existe aún. Grupos de retirados de las fuerzas militares han manifestado para apoyar la represión en las movilizaciones en las ciudades, especialmente en Medellín. Para este día también se llamó a acuartelamiento al Ejército Nacional. A su vez, se han presentado acciones judiciales alegando derechos individuales para no permitir las marchas, buscando responsables de las movilizaciones en caso de “disturbios”, una manera de levantar falsos positivos judiciales.
Entre tanto, artistas como Carlos Vives, Aterciopelados, entre otros, han manifestado su apoyo a las movilizaciones del 21N. Al parecer sobran los motivos para salir a las calles una vez más, pues desde la asunción de este Gobierno ha ganado fuerza las manifestaciones como movilizaciones, plantones y expresiones artísticas.
Aunque el miedo se ha difundido y se temen represiones e infiltrados de la Policía Nacional en las movilizaciones, la tendencia es a llenar las calles. En esta ocasión las movilizaciones pueden ser multitudinaria por lo que el gobierno ya mostró el miedo con todas las medidas que está tomando. No es menor en esta ocasión la fuerza que llega del continente, de las manifestaciones de Puerto Rico, Ecuador, Chile, que dejan ver en el caso de Colombia el hartazgo popular de las medidas capitalistas. |