Los últimos días del conflicto
El 7 de noviembre pasado, el gobierno del ajustador Arcioni reprimía a los docentes y detenía por varias horas al secretario general de ATECh lo que provocó, un nuevo paro de nacional de CTERA el viernes 8, y la renuncia del Ministro Coordinador, Federico Massoni y del ministro de Educación Pablo Cassutti. Esta acción a 16 semanas de conflicto fue decisiva para que el gobierno con nuevo ministro de educación, Andrés Meizner, el lunes 11 retrocediera de los descuentos masivos efectuados y devolviera los días descontados. Así también, la dirección de ATECh salió a trabajar en las escuelas la aceptación del acuerdo.
El gobierno de Arcioni había logrado que se vuelva a hacer masivo el conflicto, cuando el acatamiento había bajado en masividad por la propia acción de la directiva de ATECh que había impuesto la desmovilización, provocando la vuelta al aula de muchos docentes por la falta de iniciativas políticas para imponer las demandas que habían dado origen al conflicto.
Goodman y la directiva de ATECh que venían apostando a negociar con el gobierno, siguiendo los consejos e indicaciones de Alberto Fernández y del Frente de Todos que habían cerrado filas en salvar al ajustador Arcioni, ante la represión y la respuesta masiva y contundente de los docentes que volvieron al paro masivamente, y le impusieron al sindicato continuar la lucha una semana más actúo a velas desplegadas en pos de aceptar el acuerdo que proponía Arcioni, justo cuando se abría la posibilidad de, por errores del propio gobierno y porque aún había fuerzas para lograr las demandas que habían dado origen al conflicto.
Pero lograr la aceptación de la propuesta no le fue fácil a la directiva de ATECh, primero sufrió una derrota, el rechazo en 3 de las cuatro seccionales más grandes, Comodoro Rivadavia, Puerto Madryn y Esquel. Esto obligó al gobierno a una “nueva” oferta que finalmente fue aceptada por Esquel, lo que le permitió a Goodman el sábado 16 levantar el conflicto.
Para poder levantar el paro recurrió a los estatutos burocráticos de ATECh y a todo tipo de maniobras, por ejemplo, no poner a consideración de las y los docentes de la provincia la propuesta finalmente aceptada, sino solo a las 3 regionales que había rechazado la propuesta, excluyendo de la decisión a Trelew, Sarmiento y Comarca Andina.
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Un empate con sabor a poco, que se conquistó por la persistencia en la lucha de las y los docentes pese a la política conciliadora de la directiva de ATECh que ante el desarrollo del conflicto y verse desbordada por las acciones de las y los trabajadores de la educación pudieron impedir el descuento masivo, pero no derrotar el ajuste de Arcioni, Macri y el FMI.
Los principales jalones de una lucha histórica
La lucha de estatales y docentes contó con un enorme apoyo entre amplios sectores de la población trabajadora, como por ejemplo los mismos petroleros, camioneros o los trabajadores de Aluar, que mostraban enorme simpatía hacia los piquetes y medidas de lucha, a pesar de la extorsión por arriba que hacían empresas, medios y gobierno. La enorme desigualdad social y pobreza en la provincia, mientras las empresas la levantaban en pala, iba a favor de desarrollar una gran fuerza que derrotara a Arcioni. Estaba planteado desarrollar una política de coordinación que tomara en cuenta también los reclamos de esos sectores. Como, por ejemplo, hoy desarrollan los trabajadores y la juventud en Chile con los comités de emergencia y resguardo. Pero ni las burocracias de otros gremios quisieron pelear -porque son parte del régimen- ni ATECh tuvo una política de impulsar una coordinación que uniera a docentes, estatales, petroleros, metalúrgicos con el pueblo pobre para derrotar el ajuste de Arcioni y el FMI.
En este sentido, los docentes de Comodoro Rivadavia retomaron los cortes y bloqueos simultáneos a los yacimientos petroleros, tanto los principales como los accesorios, que habían sido parte de la lucha de 2013 y 2015 contra el gobernador kirchnerista Buzzi. Estos cortes lograron transformarse durante la primera parte del conflicto en la principal acción de la lucha que cuestionaba no solo el plan de Arcioni y el FMI, sino que cuestionaba a los verdaderos dueños de la provincia, la petroleras como PAE. Esta empresa que atacaba a los docentes por sus pérdidas de 1 millón de dólares diarios armó junto a Arcioni y el dirigente petrolero Loma Ávila una patota para romper el piquete de ruta 3 y 26. La respuesta a esta acción fueron marchas multitudinarias en toda la provincia en repudio al desalojo y el primer paro nacional de CTERA. Ni la directiva de ATECH provincial, por su alianza con Alberto Fernández, ni la directiva de ATECH Sur por estar en la misma alianza del Frente de Todos se propusieron volver a recuperar los piquetes contando con el masivo apoyo popular a la lucha y el repudio masivo a la patota, cuestión que estuvo planteada en la marcha histórica de Comodoro Rivadavia con más de 30 mil personas en las calles. Prefirieron seguir los consejos del electo presidente y “salir de las calles” y “dejar los piquetes”.
Esta respuesta masiva mostraba la tendencia a la unidad y la necesidad de que surgieran organismos de coordinación que unieran a los miles que luchaban contra Arcioni y su plan. Un gobierno que había ganado las elecciones con el 38% de los votos, es decir, con una enorme mayoría de la población en contra.
Los dirigentes provinciales como los de la regional sur, resignaron una posición estratégica en la lucha que abría la posibilidad a imponer todas las demandas por la cual se había iniciado el conflicto el 22 de julio y abrieron un nuevo momento en el conflicto, el del desgaste de la lucha, sin acciones masivas en las calles y donde la clave en concordancia con el salvataje político que le dio el Frente de Todos era preservar a Arcioni y evitar que cayera producto de la lucha como estuvo planteado tras las trágicas muertes de las dos compañeras docentes: Jorgelina y María Cristina.
Ante esta posición de la directiva de ATECh surgieron miles de activistas docentes que por experiencias anteriores con la dirección kirchnerista del sindicato o por esta experiencia de lucha se empezaron a organizar. Juntos dimos una pelea y logramos imponer por primera vez la realización de dos plenarios provinciales de delegados con mandato, superando los estatutos burocráticos del sindicato y abriendo una instancia de debate y organización más democrática que las instancias de las reuniones de secretarios generales de las regionales o los plenarios de congresales. Justamente tras la realización del primer plenario y cuando volvía a Comodoro Rivadavia sucedió el accidente donde murieron las dos compañeras.
Esta tragedia generó una respuesta de miles en la provincia que, al enterarse del hecho, se congregaron en todas las ciudades a pedir la renuncia de Arcioni y que en Rawson provocó el incendio de la legislatura y la casa de gobierno. Este hecho provocó el segundo paro nacional de CTERA. La directiva de ATECh nuevamente apostó a la desmovilización y que la bronca y el dolor se diluyera y como un claro indicio de su subordinación a la defensa del gobierno, sacó de su demanda el Fuera Arcioni, dejando solamente la exigencia de renuncia del odiado Massoni. Tenían que llevar adelante el acuerdo de Buenos Aires donde Massa, De Pedro y Bossio entre otros le habían prometido el salvataje a Arcioni y donde el propio Alberto Fernández no se cansaba de fotografiarse junto al odiado gobernador en un claro mensaje de respaldo y apoyo político a uno de los suyos.
Un laboratorio de las luchas por venir
Los cuatro meses de lucha docente son un nuevo hito en la lucha de las y los trabajadores. Junto a los estatales de la provincia en un primer momento y luego solos, ante la defección de los dirigentes que integraban la Mesa de Unidad Sindical, dieron una dura batalla contra las consecuencias del ajuste, del pacto fiscal y del endeudamiento al que el ajustador Arcioni llevó a la provincia implementando la política de Macri y el FMI.
Y un detalle no menor, en Chubut se puso en escena la política de Pacto Social que quieren imponer en el orden nacional, con la burocracia de los grandes gremios traicionando la lucha y con organizaciones intentando frenar la lucha en función de la paz social a nivel provincial y a nivel nacional. El pacto social es la paz social de los sindicatos y centrales sindicales que dejaron sola a la lucha de las y los trabajadores de Chubut dejando que pase el plan de Macri y el FMI que en la provincia lleva adelante Arcioni. Este aislamiento y boicot de las centrales sindicales solo se rompió parcialmente ante los tres paros nacionales de CTERA, que al ser aislados y sin un plan de lucha tampoco cuestionaban la paz social.
Se desarrollaron decenas de iniciativas y acciones que muestran que la lucha dio algunos elementos de radicalización política y donde se empezó a cuestionar no solo el plan del FMI sino a los verdaderos dueños de la provincia como PAE o Aluar. Como formas democráticas de organización que cuestionaron a la directiva de ATECh. Sin embargo, estos elementos y la voluntad de lucha no alcanzaron para imponer el pliego de reclamos por el cual se había salido a la lucha, centralmente derrotar el pago escalonado de los salarios y que se cumpla la paritaria 2019 y su cláusula gatillo. El resto de las demandas (como la regularización de la obra social, plan de infraestructuras y el boleto gratuito) cuestiones que se resolvieron solo parcialmente y con míseros parches.
Los docentes y estatales de la Marrón (PTS e independientes) en el FIT Unidad que fuimos parte de esta enorme lucha, hicimos enormes esfuerzos en primer lugar para nacionalizar la lucha, el corte que impulsamos en la 9 de julio, votado en la asamblea de Trelew, puso en escena al ajustador Arcioni y al mismo tiempo le hizo tomar nota a la dirección de CTERA que la izquierda estaba comprometida con la lucha de Chubut y su triunfo. Estas acciones que pusieron en evidencia la inacción de la principal confederación docente la combinamos con la exigencia de paro nacional y plan de lucha, medidas que solo se efectivizaron de manera aisladas. Promovimos junto a decenas de activistas la realización de los plenarios provinciales de delegados con mandato, logrando la realización de dos, donde intentamos imponer la voz de las escuelas sobre la de los dirigentes. Y la de asambleas interescuelas en Trelew donde decidíamos los docentes y no los dirigentes, llegando a votar y realizar un video en solidaridad con la rebelión del pueblo chileno.
En cada instancia peleamos por la independencia del sindicato del Frente de Todos, que como bien manifestó nuestro compañero Nicolás Del Caño en el debate presidencial ante el silencio de todos los candidatos y las falsas promesas del electo presidente Alberto Fernández que dijo defender la educación pública, señaló: “no se puede decir que se defiende la educación pública y apoyar a Mariano Arcioni que no les paga los salarios a los docentes de Chubut”.
Levantamos en la lucha no solo la pelea por instancias democráticas de decisión sino por un programa y una salida que planteaba el no pago de la deuda, plata para educación, salud, trabajo y salarios, y exigiendo ganar las calles porque los gobiernos el único idioma que entienden es el de miles en las calles para imponer nuestras demandas.
Arcioni sigue y el ajuste del FMI también. Esta enorme escuela de lucha que desarrollamos en estos cuatro meses, que es parte de un proceso que se inició en el 2018, pone también una tarea por delante para las luchas por venir, desarrollar una fuerte corriente política- sindical, clasista en el sindicato, como impulsamos por ejemplo en el SUTEBA o UTE, entre los trabajadores de la provincia que referenciada en el FIT Unidad plantee una pelea por una salida de fondo para la juventud que sufre la desocupación, la precariedad laboral y la pobreza, para los jubilados y para el conjunto de la clase trabajadora y el pueblo laborioso, como así la solidaridad internacional con la rebelión del pueblo chileno o la lucha por derrotar el golpe del pueblo boliviano. Esta tarea, es parte de seguir desarrollando a la izquierda anticapitalista y socialista en la provincia para las peleas por venir. |