Ante el malestar nacional por la elevada tasa de criminalidad y la impotente respuesta presidencial al lanzar su "guerra contra el narco" militarizando el país, se organizó una caravana desde Ciudad de México a Ciudad Juárez, y de regreso a la capital del país, encabezada por el poeta y columnista Javier Sicilia al frente del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad (MPJD).
En ese entonces Sicilia traicionó el Pacto Nacional, firmado por los integrantes de dicho movimiento aquel 10 de Junio de 2011 en Ciudad Juárez, al desconocer sus acuerdos para irse a sentar y besuquear 13 días después con Felipe Calderón en Chapultepec.
En el MPJD confluyeron distintas posturas ante la violencia. El cómo enfrentarla se decidiría en "el epicentro del dolor", Ciudad Juárez. Secundando a Sicilia, la mayor parte de las ONG’s (hoy OSC) de esta frontera y de Chihuahua avalaron el desconocimiento del punto 2 de la mesa 2 donde se planteaba la desmilitarización del país.
De este golpe a la voluntad asamblearia que se oponía a la militarización, el terrateniente Julián LeBarón no dijo nada; más bien avaló toda esa porquería. Otros como Pietro Ameglio, Alvarez Icaza, personajes del zapatismo y la prensa nacional, nos acusaron calumniosamente de asaltar las mesas, de ultraizquierdistas, de "radicales", "ultras". Sicilia igualmente despreció y se burló de las posturas de la CONACOM, el ala radical del MPJD (nos decía con desprecio "Chómpiras").
Muchos de los que acompañaron y avalaron la traición de este simpatizante del "neozapatismo" terminaron de funcionarios en gobiernos panistas como sus candidatos, en alianza con estos, o con independientes.
"Sellado con un beso" ... ¿una vez más?
Hoy Sicilia sale a pedir un cambio en la estrategia de seguridad, sale a criticar a AMLO por derecha, en una alianza de facto con actores reaccionarios (entre los que están quienes hicieron una histérica campaña por el fracaso de Culiacán y la masacre LeBaron), diciendo que:
"Después de un año -con 30 mil asesinados que se suman a las centenas de miles de asesinados y desaparecidos de las otras administraciones- y con la masacre de los LeBaron, nos han devuelto el cheque con un sello que dice fondos insuficientes"
Es necesaria la crítíca a AMLO -sobre todo por sus políticas orientadas a obedecer los planes de las grandes transnacionales y la cúpula imperialista estadounidense- y afirmar que AMLO no es la salida a los problemas y miserias profundas de los y las trabajadores mexicanos (ni de los migrantes centroamericanos), como alguna vez lo prometió. Pero no podemos ser ingenuos, no todo los que se mueven y marchan están a la izquierda de AMLO.
Así, en medio de las críticas periodísticas al servicio de la derecha opositora, emerge otra vez la voz del poeta cristiano que hace ocho años empujó la enorme disconformidad de aquellos que, como él mismo, han sufrido la pérdida de sus familiares a manos del crimen organizado y las fuerzas armadas del Estado.
Pero en aquella ocasión encaminó al movimiento a un encuentro con el responsable de la "guerra contra el narco" y sus miles de muertos y desaparecidos para sellar con un beso en la mejilla de Calderón su lealtad al poder y el Estado, a los que ahora vuelve criticar, entregándole así en un cheque en blanco el dolor y coraje de los miles de padres, madres y familiares de las víctimas que lo siguieron atravezando penosamente el país.
A comienzos de este año el gobierno de AMLO organizó una serie de encuentros con los familiares de estas mismas víctimas en diversas ciudades para intentar imponerles su fórmula perversa y traidora de "otorgar el perdón sin olvidar" en beneficio de los asesinos y delincuentes, y del Estado, pues con el perdón, ya no habría delito que perseguir.
En dichos "Encuentros de Pacificación" los militantes del MTS de Ciudad Juárez estuvimos entre los activistas y organizaciones que protestaron ante un gobierno que en los hechos mantiene la estrategia de Guerra iniciada por Calderón, que el poeta avalara con besos y abrazos a cambio de una Ley de Víctimas que confunde en cierta forma indemnizaciones con justicia.
Ley que nunca contempló, entre otras cosas, las responsabilidades en la cadena de mando de las fuerzas armadas por desatar las muertes de cientos de miles de mexicanos, cubriéndole las espaldas a generales y al entonces comandante supremo de las fuerzas armadas, Felipe Calderón.
Aunque AMLO diga que Sicilia y él no piensan igual, en realidad la caminata a Palacio Nacional que el poeta propone buscan el mismo resultado. Sólo sería un beso más a cambio de olvidar la justicia a las víctimas. Los "Encuentros de Pacificación" tuvieron que ser suspendidos ante el fuerte rechazo de diversas organizaciones y los familiares de las víctimas del crimen organizado y las fuerzas armadas del Estado. Esta vez hay que estar atentos para no caer una vez más en el engaño de la movilización del beso. |