En la acostumbrada conferencia mañanera del lunes 18 de noviembre, el presidente Andrés Manuel López Obrador habló de la Revolución mexicana haciendo énfasis en Venustiano Carranza.
En un gobierno en el que son muy importantes los símbolos, esto es para detenerse un poco. De la amplia gama de personajes históricos y sobresalientes que arrojó la revolución mexicana, López Obrador se detiene en Carranza, quien representa el ala más conservadora del periodo revolucionario.
Carranza es un personaje que ha sido endulzado por los libros oficiales de historia, que lo muestran como “el general que lleva la lucha de los ejércitos campesinos a la Constitución de 1917 culminando con la repartición de tierras”. Esto no fue así, Venustiano tuvo un papel importante en la revolución, pero sus objetivos políticos estaban alejados de las demandas de populares.
¿Quién es Venustiano Carranza?
Hijo de Jesús Carranza, viejo militar y político juarista, originario de Coahuila, que ocupó múltiples cargos políticos y al morir le sucedió en el cargo de Presidente Municipal de Cuatro Ciénegas su hijo Venustiano, que con este puesto iniciaría una larga carrera en la política institucional de la región. Fue Diputado, Senador, Gobernador interino, hasta que cayó de la gracia de Porfirio Díaz y tuvo que autoexiliarse en Estados Unidos.
Mientras Venustiano vivía su exilio en Texas, Madero lo nombró Gobernador de Coahuila en 1910 y cuando llegó a México lo nombró Secretario de Guerra, sin importar que no tuviera trayectoria militar.
Después del asesinato de Madero, Carranza se niega a reconocer a Huerta como Presidente e intenta proclamarse presidente por medio de la Convención de Aguascalientes en 1914, en la que participa un ala más radical con importantes ejércitos de plebeyos en el sur y en el norte que ya tenían a sus espaldas algunas importantes victorias militares: los zapatistas y los villistas.
La convención proclama a Eulalio Gutiérrez como Presidente provisional y Carranza se dirige a Veracruz para aglutinar a los generales y militares que tampoco reconocían al gobierno de Huerta, y hacerle frente a los ejércitos campesinos de Villa y Zapata que en diciembre de 1914 entraban a la Ciudad de México.
Persecución a Villa y Zapata
Ante la incapacidad de las fracciones campesinas para organizar el Estado burgués, los ejércitos se separan y se repliegan hacia sus lugares de origen, los villistas hacia el norte y los zapatistas hacia el sur. Esta errada maniobra militar fue aprovechada por Carranza, ya con Obregón a su lado y un ejército de hombres armados y con instrucción militar, para perseguir y derrotar a los ejércitos campesinos.
Carranza le garantizó a la burguesía nacional y extranjera que sus propiedades y sus negocios estarían seguros, lo que le valió el reconocimiento de los Estados Unidos como presidente de México a finales de 1915.
Ya como gobierno establecido persiguió a las expresiones más radicales de la lucha armada, masacró al pueblo yaqui que años antes lo había respaldado y persiguió y replegó a los ejércitos villistas y zapatistas con Obregón al mando de las fuerzas armadas.
El gobierno carrancista convoca a un Congreso Constituyente a fines de 1916. Venustiano no quería dar ningún tipo de concesión a las masas populares. El reparto agrario y regular la explotación no estaban en sus planes de leyes. Se tuvo que enfrentar a un ala de su gobierno liderada por Obregón, que veía la necesidad de ofrecer algo a un pueblo que llevaba años peleando por mejorar sus condiciones de vida.
La fracción de Obregón se impone y se aprueban artículos como el 3 que habla del acceso a la educación, el 27 que habla sobre la tierra y el 123 que habla sobre el trabajo y los derechos laborales. Esto profundizaría la separación entre Obregón y Carranza.
Ocaso de su gobierno
Finalmente en 1920 Carranza busca imponer como presidente a uno de sus allegados, lo que ocasionó que Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles proclamaran el Plan de Aguaprieta y desconocieran al presidente impuesto. Carranza huye hacia Veracruz con su gabinete, familia, muebles y grandes cantidades de oro y plata propiedad de Tesorería.
Al enterarse que las vías fueron dinamitadas paran el tren en una estación de Puebla y se interna en la sierra cargando con todo lo que podía, intentando llegar lo más rápido posible a Veracruz. En la noche del 21 de mayo Venustiano Carranza fue asesinado por las tropas de Obregón en un jacal de Tlaxcalantongo, Puebla.
En la política no hay casualidades
Podría parecer casual que López Obrador, en una de sus acostumbradas reseñas históricas, haga énfasis en la memoria de Carranza. Sin embargo este personaje representa, en el marco de la Revolución Mexicana, la victoria de un ala de la burguesía sobre los ejércitos campesinos del norte y del sur, que en cuanto tuvo el poder se lanzó contra ellos para exterminarlos y que no fueran un foco de inestabilidad en su gobierno.
Cuesta trabajo creer que no fue pensado hablar de la importancia del caudillo cuando todos los mensajes del Ejecutivo, en sus declaraciones o acciones, tienen una fuerte carga ideológica para respaldar sus medidas o dar tranquilidad a los distintos sectores con los que está comprometido.
López Obrador, antes de ser presidente, hablaba de Felipe Ángeles, los hermanos Magón o los Serdán. Ahora como gobierno resalta el papel del caudillo de la revolución que se empeñó en desarticular a la oposición que buscaba el cumplimiento de las demandas de las masas pobres y campesinas. Una similitud perversa con los adjetivos que ahora les da el Presidente a los sectores que cuestionan por izquierda a su gobierno, tildándolos de conservadores cuando en campaña electoral los llamaba a integrarse a sus filas. |