Mediante un acuartelamiento nacional y un masivo despliegue policial que incidió en decenas de casos de brutalidad fue que el Gobierno de Iván Duque respondió a las masivas movilizaciones que ocurrieron el jueves en Colombia.
Este viernes el Gobierno confirmó al menos tres muertos en el marco de los operativos represivos y 300 detenidos durante la multitudinaria jornada de protestas.
Estudiantes, trabajadores, campesinos e indígenas fueron duramente reprimidos en las principales plazas del país, incluyendo la plaza Bolívar en la capital.
El descontento desbordó las calles de varias de ciudades, incluyendo la capital Bogotá, Medellín y Cali, en esta última se dieron fuertes enfrentamientos entre la población y el aparato policial, lo cual obligó al alcalde de la región a decretar el toque de queda a partir de las 7 de la noche del jueves.
La noticia ya fue cuestionada por la Oficina en Colombia de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos quien cuestionó la posibilidad de que los militares salgan de los cuarteles.
Decenas de manifestantes comenzaron a publicar en redes sociales videos en los cuales se refleja el actuar de escuadrones policiales contra manifestantes pacíficos, deteniendo arbitrariamente, golpeando y amedrentando incluso a pobladores que no participaban del paro propiamente.
Desde el viernes el gobierno había tomado una serie de medidas que denotaban la tendencia a criminalizar la protesta social, mediante el cierre de fronteras con Brasil, Venezuela, Ecuador y Perú además de ordenar a las Fuerzas Armadas la indicación de acuartelamiento en primer grado, que es considerado como la máxima alerta cuya ruta inmediata es el despliegue militar en el territorio nacional.
Colectivos y organizaciones mencionaron que tal tensión no se había vivido en el país desde hace más de 40 años.
En Medellín, capital del departamento de Antioquia fueron los estudiantes quienes se pusieron al frente de encarnar el paro nacional en dicha región, contingentes de Universidad de Antioquia así como de la Universidad Nacional realizaron un plantón.
En Bogotá el Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD) dispersó la manifestación con gases lacrimógenos, después se dieron varias detenciones a los alrededores de la ciudad, se habla de que integrantes del cuerpo policías persiguieron a manifestantes en varios puntos de la ciudad.
El presidente de Colombia calificó a las protestas como “actos de violencia atribuibles a vándalos que no representan el espíritu de quienes marcharon” mientras que dijo reconocer la libertad de expresión de su gobierno no si recalcar la detención de “decenas de criminales” durante las jornadas de este jueves.
“no permitiremos saqueos, ni atentados contra la propiedad privada. Y vamos a aplicarles todo el peso de la ley” Iván Duque
La cierto es que las voces que retumbaron en cada calle, avenida y plaza demostraron que es el gobierno el que no representa el sentir popular, ya que, durante los 15 meses de mandato ha redoblado la ofensiva contra las masas trabajadoras, indígenas y juveniles.
De la misma forma que en otros países de América Latina, ha presentado una serie de reformas conocidas como “paquetazo” que implican una precarización brutal de las condiciones de vida de la mayoría de la población colombiana.
Por otro lado, el asesinato de indígenas que ha aumentado en este año, junto con líderes ambientalistas que han sido brutalmente asesinados y desaparecidos de manera exponencial, dejando a Colombia a la cabeza de los países más peligrosos para defensores de la naturaleza.
Así también se ha caído todo el teatro que se gestaba desde los acuerdos de paz, misma que no ha llegado para las comunidades rurales que siguen siendo acosadas por las bandas paramilitares, y el propio ejército.
Demagógicamente el presidente ha propuesto la alternativa del diálogo para saldar las demandas que han llevado a movilizarse a miles durante este jueves, lo cierto es que ninguna de sus declaraciones ha denotado el descartar alguna de las medidas del ajuste.
Demostrando que se trata de una mera simulación que busque descomprimir el descontento mientras sigue negociando con el FMI y los empresarios la pronta aplicación de los planes.
Lo cierto es que la jornada ya es un importante paso en la activación y confluencia de miles inconformes con las medidas de Duque pero además con la situación de miseria que ya se vive a lo largo del país sudamericano, difícilmente podrá haber un regreso a la normalidad.
Aunque no se ha convocado a una segunda jornada se esperan protestas en los próximos días, sobre todo por la liberación de los presos de este jueves así como la denuncia de las faltas por parte del ESMAD y los demás cuerpos policiacos. |