El gobierno autoproclamado de Jeanine Áñez dispuso entre sus primeras medidas económicas la liberación a los límites de exportación de productos agroindustriales provocando con ello la inmediata nivelación de los precios internos con los precios internacionales, y encareciendo el costo de la canasta básica.
Esta política al servicio del empresariado, ya se empieza a desplegar en las negociaciones entre las cooperativas mineras y el actual gobierno “de transición” donde se está discutiendo la eliminación de la llamada “maquila”, una especie de impuesto mínimo que Morales le impuso a este sector luego de la muerte del ministro Illanes el 2016.
Durante los años de gobierno del MAS se crearon empresas estatales y se recuperaron otras como expresión de la relación de fuerzas impuesta por las y los trabajadores y el pueblo en los grandes levantamientos que sacudieron el país desde la Guerra del Agua, pasando por la insurrección del 2003 (la Guerra del Gas) y finalmente el levantamiento del 2005. Hoy, la participación estatal en el conjunto de la economía bordea el 30% cuando con el ciclo neoliberal la misma había quedado reducida a cero. Ahora los golpistas se aprestan a repartirse y privatizar el conjunto de empresas estatales creadas los últimos años, y están empezando por un lugar estratégico como es la Empresa Boliviana de Aviación (BOA), DGAC (Dirección General de Aeronáutica Civil), SABSA (Servicio de Aeropuertos de Bolivia), AASANA (Administración de Aeropuertos y Servicios Auxiliares a la Navegación Aérea) y todo el sistema de control aeroportuario que es entregado a ejecutivos y ex ejecutivos de la línea aérea privada Amaszonas y los amigos del facho Camacho.
Recordemos que las y los trabajadores de SABSA lograron consolidar su sindicato el año 2005 luego de varios intentos y despidos durante el ciclo neoliberal, posteriormente estos trabajadores exigieron la nacionalización sin indemnización para que todos esos recursos estén al servicio del pueblo boliviano. El MAS el año 2011 nacionalizó pero pagando jugosas indemnizaciones a las transnacioal Abertis Aena en ese entonces dueña de SABSA.
Reproducimos a continuación la denuncia del periodista Carlos Valverde Bravo quien a través de la radio Comunitaria San Julián rechaza esta práctica corrupta de los golpistas. Recordemos que Valverde estuvo exilado y perseguido por el gobierno de Evo Morales (por su denuncia del supuesto hijo de Evo Morales con Gabriela Zapata y los casos de corrupción de la transnacional china CAMC) y formó parte de la asonada derechista que sacudió el país luego de las elecciones del 20 de octubre. Es decir, no puede ser acusado de masista como viene haciendo la prensa mercenaria que descalifica cualquier oposición al régimen de Áñez con el adjetivo de masista o narco-masista.
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