El estudiante de bachillerato Dilan Mauricio Cruz Medina falleció este lunes en Hospital Universitario San Ignacio, luego de que una bala del Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD) le ocasionó lesiones cerebrales, esto en el contexto de las manifestaciones contra el paquetazo de Duque el pasado sábado.
La noticia -confirmada por las instancias médicas que lo atendieron desde el día 23- desató la indignación en redes al tratarse del emblema de un sector importante que viene enfrentando las medidas gubernamentales y que se ha vuelto en el motor de las protestas que sacudieron más de tres días varias ciudades del país sudamericano: la juventud.
Uno de los médicos que atendió a Dilan indicó que el joven de tan solo 18 años sufrió dos paros cardiorrespiratorios secundarios a la lesión ocasionada en las calles, fue necesaria una reanimación con intubación, dos tubos en el tórax y después de una evaluación escenográficos en el cerebro fue trasladado a cuidados intensivos con respiración asistida, soporte cardiovascular y en estado crítico hasta el momento del cese.
Son cientos los casos de abuso policial por parte del ESMAD tan solo en las jornadas que han tenido eco después del paro nacional del 21 de noviembre en toda Colombia, tanto organizaciones de derechos humanos como integrantes de las manifestaciones han documentado varios casos que siguen en la impunidad, muchos de ellos ocultados y negados por las instituciones.
El presidente Iván Duque en todo el transcurso del fin de semana se refirió a los manifestantes como “vándalos” otros integrantes del régimen arremetieron con el calificativo de “cárteles de vándalos”, lo cual es en realidad alarmante e indignante cuando la realidad demuestra que estos supuestos "delincuentes" son estudiantes de 18 años a punto de salir del colegio.
Si bien las protestas que se postergaron por algunos días parecen haber entrado en un receso momentáneo, diversos sectores, principalmente los estudiantes universitarios han manifestado continuar las acciones en repudio a las reformas que intenta aprobar el actual mandatario, cuya orden viene desde el FMI.
Los jóvenes, quienes son los que más resienten este tipo de medidas, se han puesto a la vanguardia de tomar las calles y a alentar a otros sectores a movilizarse, ya que el actuar estatal también ha amedrentado a indígenas, así como luchadores ambientales.
El asesinato de Dilan es una de las peores caras de este gobierno que se pone a tono con lo más recalcitrante de las derechas latinoamericanas, la justicia no podrá venir más que del mismo lugar donde el joven la buscó: la movilización en las calles sin ninguna confianza en el régimen.
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