La reciente designación, por parte del gobierno de transición golpista de Jeanine Áñez, de Salvador Romero Ballivián como miembro del nuevo Tribunal Supremo Electoral (TSE) fue recibida con beneplácito por parte de todas las fuerzas políticas de derecha. Al mismo tiempo, empezaron a circular denuncias en las redes sociales sobre las relaciones de este nuevo magistrado y el candidato de CC, Carlos Mesa.

La reciente designación, por parte del gobierno de transición golpista de Jeanine Áñez, de Salvador Romero Ballivián como miembro del nuevo Tribunal Supremo Electoral (TSE) fue recibida con beneplácito por parte de todas las fuerzas políticas de derecha, quienes vieron una señal de “transparencia” para el nuevo Órgano Electoral. Sin embargo conocido el nombramiento empezaron a circular denuncias en las redes sociales sobre las relaciones de este nuevo magistrado del Tribunal Electoral y el candidato por Comunidad Ciudadana, Carlos Mesa, reproduciéndose los comportamientos denunciados a Morales y los vocales del órgano electoral hoy detenidos por la eventualidad de fraude el pasado 20 de octubre.

Romero en sus primeras declaraciones de prensa afirmó que el plazo de 120 días es insuficiente para llevar adelante una depuración completa del padrón electoral y garantizar elección transparentes y limpias, con lo que deja la puerta abierta a una mayor prolongación del mandato de Áñez, quien asumió con un mandato límite que era hasta el 22 de enero y que sin embargo ya se rumorea de prolongar su gestión hasta por lo menos mayo del año que viene. Por su parte el ministro de Justicia, declaró que en los próximos 20 días como establece la Ley de Convocatoria a Elecciones, se deberá completar las nóminas del TSE y de los tribunales departamentales de justicia, recomendando a la bancada del MAS que posee los 2/3 que se nominen vocales y magistrados que sean de la aceptación de toda la ciudadanía.

Rafael Quispe es nombrado director del Fondo de Desarrollo Indígena

El ahora ex diputado opositor Rafael Quispe, fue nominado como nuevo titular del Fondo de Desarrollo Indígena, anunciando en su nombramiento el desarrollo de una auditoria. Se recordará que el fondo indígena fue objeto de gruesas denuncias de corrupción donde los funcionarios del MAS empezando por la ex ministra Achacollo se habrían embolsillado más de 10 millones de bolivianos en proyectos y obras de desarrollo fantasmas.