En un intento más por recomponer el camino de México en la senda para convertirse en el país dependiente y subordinado "ideal", el FMI vuelve a llamar la atención del gobierno mexicano y aconseja que se sigan aplicando las reformas estructurales. Desde Washington este fin de semana la directora del organismo internacional Christine Lagarde anunció: “México puede crecer a tasas de hasta 4.0 por ciento debido a las reformas estructurales que ha acometido y el fuerte desempeño de Estados Unidos”.
El crecimiento según el FMI
El reporte de proyecciones mundiales del FMI la institución estimó el crecimiento del Producto Interno Bruto del país en 3% para 2015 y en 3.3% para 2016. Señaló que las expectativas de crecimiento para México seguirán prosperando en la medida en que las reformas estructurales sean aplicadas y puedan crecer los intercambios con Estados Unidos.
Lagarde advirtió que pese a la baja de los precios del petróleo y la devaluación del peso, México saldrá bien librado de los movimientos en las tasas de interés, siempre y cuando se promueva una reforma fiscal que permita reajustar lo relacionado con el presupuesto de egresos de la federación.
El gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, recordó que el país enfrentó dos fuertes choques a partir de la caída en el precio del petróleo y la volatilidad en los mercados financieros, particularmente la fuerte apreciación de dólar. Y aseguró: “El punto central es que México necesita implementar de manera ordenada y eficiente las reformas”. Carstens, participó en la rueda de prensa como presidente del Comité Financiero y Monetario Internacional del FMI.
El otro crecimiento
Hasta octubre de 2014 México fue el país ejemplar en la implementación de medidas de ajuste estructural ante la difícil recuperación de la crisis de 2008. La reforma laboral de 2012 durante el gobierno de Felipe Calderón abrió al camino para la implementación continua de reformas estructurales una vez que regresó el PRI al poder. En un tiempo récord de 2 años Enrique Peña Nieto y los demás partidos del régimen aprobaron 11 reformas estructurales provenientes de lo propuesto desde las organizaciones internacionales como el FMI.
Sin embargo la aplicación de estas reformas estructurales pone la baja de la calidad de vida de las trabajadoras y los trabajadores como garantía para la mejora de los números. Lo que ha crecido en realidad es la entrega de los recursos naturales, la precarización del trabajo, salarios de los más bajos del mundo, y la privatización de la educación sólo por mencionar algunas cuestiones. Los altos costos que tiene que pagar la sociedad mexicana por tasas de crecimiento de acuerdo a las estimaciones internacionales se resienten en la vida diaria.
Los grandes empresarios, por medio de las facilidades que les da el gobierno para enriquecerse con estas reformas, ayudarán a que se puedan mantener los números del PIB nacional, mientras que en los números reales la mayor parte de la población gana entre 2 y 3 salarios mínimos y se enfrenta a la subida de los precios en las tiendas y mercados.
La reforma laboral, la reforma hacendaria, la reforma financiera, la reforma educativa, la reforma energética, la reforma en telecomunicaciones, en fin; ninguna de estas reformas preserva de ninguna manera a la clase trabajadora mexicana, y al contrario pone las reglas ad hoc para que aquellos que son ya muy ricos puedan hacerse más ricos a costillas del trabajo ajeno. ¿A quién benefician estas reformas tan bien vistas por el FMI? |