El proceso de rebelión abierto en Chile ha cuestionado al conjunto del régimen y a quienes lo defienden, desde empresarios, parlamentarios, pasando por el presidente y sus ministros. El cambio de gabinete de Piñera en las primeras semanas de movilización, no cambió este ánimo, y es que las causas son más profundas que solamente un cambio de caras en los ministerios. Aunque en algunos sectores, la permanencia de ciertos ministros como el caso de Mañalich en el ministerio de salud, generó un amplio repudio en la población y en particular en las y los trabajadores de la salud.
Es que el ex gerente de la Clínica Las Condes es responsable de perpetuar un sistema de salud mercantil, donde la salud publica se precariza a costa de financiar la fuga de recursos a la salud privada, aumentando las ganancias empresariales mientras el pueblo debe enfrentar las lista de espera o falta de medicamentos, y los trabajadores de la salud deben realizar sus labores en condiciones precarias, con instabilidad laboral y turnos extenuantes de 12 hrs, por ejemplo. Pero según Mañalich el sistema de salud chileno es uno de los mejores del mundo, tal como afirmo en un matinal, invisibilizando la realidad de la salud pública.
Además de su responsabilidad directa en la crisis de la salud pública, también es parte del gobierno que avala el uso de armas químicas y perdigones contra la población que se manifiesta y que ya a cobrado mas de 200 traumas oculares graves. Prioriza la represión por sobre la vida del pueblo.
Por todos estos motivos, el ministro ha sido recibido con protestas en distintos centros de salud. Primero el Hospital El Salvador donde fue tratado de asesino con delantal por los funcionarios. Luego en Antofagasta donde fue increpado desde que su avión aterrizó en el aeropuerto y que su visita al Hospital Regional de Antofagasta fue escabulléndose por los pasillos para evitar enfrentarse con los trabajadores que lo esperaban para funarlo. Y ahora último, en el Hospital Padre Hurtado donde tuvo que ser escoltado por FF.EE hasta su auto.
Estos casos son sólo una muestra del sentir de amplios sectores de trabajadores, quienes ven en Mañalich un garante de la salud de mercado y de este orden social que hoy todos rechazamos e impugnamos en las calles. Además de estas manifestaciones contra las visitas del ministro, trabajadores de distintos centro de salud se vienen movilizando, como el caso del Hospital Barros Luco, San Borja, Sotero del Rio, trabajadores de la atención primaria de San Bernando (quienes protestaron por el caso de Fabiola Campillay) y el encuentro de cientos de trabajadores en el Hospital El Pino en contra de la represión.
Chile despertó y se siente también en nuestros lugares de trabajo, donde ya no estamos dispuestos a seguir viviendo bajo las condiciones de antes, donde ya no queremos vivir pagando las consecuencias de la salud de mercado ni esperar heridos por la represión asesina de Piñera y sus Carabineros-PDI. En este sentido, el Hospital Barros Luco es un ejemplo de movilización para el sector de salud, organizándose desde las bases, buscando la coordinación con pobladores, estudiantes y trabajadores de otros sectores e impulsando la Federación Nacional de Hospitales Base (FENACOR). Estas movilizaciones y sus demandas son puntos de apoyo que debemos generalizar, en miras de enfrentar también la represión y el gobierno de derecha por medio de movilizaciones ascendentes y formar un plan de lucha junto a los sectores que continúan luchando por sus reivindicaciones y la dignidad del pueblo. La gran fuerza de las y los trabajadores de la salud debe entrar en movimiento. |