A más de un mes desde el inicio de las masivas movilizaciones que se han vivido en el país, ha quedado en evidencia como el régimen neoliberal no hace más que perpetuar la desigualdad y seguir abasteciendo la economía y los privilegios de unos pocos, por sobre una enorme población que trabaja de sol a sol para mantener a su familia, llegando con dificultades a fin de mes, a costa de tarjetas de crédito para subsanar servicios mínimos, que son imposibles de cubir con los salarios de hambre que reciben cientos de trabajadores y trabajadoras, mientras los empresarios amasan insólitas fortunas a costa de la explotación del trabajo.
Uno de los momentos más complicados que vivió la población, fue sin duda cuando el Gobierno de Sebastián Piñera decidió responder a las movilizaciones con una fuerte línea represiva, sacando a los militares a las calles, declarando la guerra a quienes solo se manifestaban con cacerolas al ritmo de cánticos contra el sistema.
Esas ametralladoras, esos carros blindados, lejos de otorgar seguridad, intensificaban el malestar de la gente, al ver que la labor principalmente era resguardar la propiedad privada, sus bienes por sobre la vida humana, así mismo, este escenario instaurado por Piñera, fue propicio para que apuntaran y dispararan contra el pueblo, dejando como cifra oficial 24 personas muertas (cifras no oficiales hablan de mucho más), miles de detenidos, cientos de heridos y personas abusadas y violadas por agentes del estado.
En ese clima de inseguridad, el supermercado Cugat de Temuco decidió seguir operando con total normalidad, cerrando los locales a las 21:30 hrs., lo que significa que los trabajadores estaban llegando entre las 22:00 a 23:00 a sus casas.
El grave problema fue tratado por el Sindicato, donde se le exigió a la empresa, el poder cerrar más temprano por seguridad de las y los trabajadores, quienes solo accedieron a contratar un bus de acercamiento para quienes vivían más lejos del establecimiento, ya que, hay una gran cantidad de trabajadores y trabajadoras que viven en comunas aledañas de Temuco.
En ese contexto, la presidenta de sindicato, Camila Delgado, fue llamada por radio Cooperativa para dar cuenta de esta situación que incluso era denunciada por los mismos clientes, quienes también tomaron contacto con el Seremi del Trabajo de la región, quien manifestó que se harían cargo de la situación, algo que nunca sucedió.
Posterior a que el Gobierno quitara el Estado de Emergencia, la empresa quita el bus de acercamiento, dejando a sus trabajadores con grandes dificultades para acceder a locomoción al terminar sus jornadas laborales, ya que, a pesar que le gobierno habla de normalidad, aún no se garantizan las condiciones de seguridad para quienes salen de su jornada laboral a altas horas de la noche, colocando su integridad física en riesgo.
A pesar de aquello, la empresa decidió “premiar” a los trabajadores por ir a laborar en pleno Estado de Emergencia, entregándoles un bono de 15 mil pesos, para canjear en su propio supermercado, así es, a lo más estilo salitreras de siglos pasados. Sin duda que este pequeño monto de dinero intenta subsanar los miserables sueldos que esta empresa paga, pero es una burla en pensar que la integridad física de sus trabajadores tiene precio o se avalúa en 15 mil pesos.
Durante la revuelta popular, quedó demostrado que si es posible que las personas puedan trabajar menos horas y así tener tiempo para compartir con sus familias, o salir a manifestarse, lo que conlleva a que lleguen mucho más temprano a sus hogares o se sumen a las masivas movilizaciones en las calles, situación distinta a lo que se vive comúnmente donde los trabajadores utilizan una gran parte de su tiempo en movilización de trabajo-casa, incrementado por este modelo, donde los sueldos de hambre y las extenuantes jornadas laborales, se transforman en que las personas deben dejar de vivir para trabajar.
Hoy, es de gran importancia que las y los trabajadores del sector comercio puedan organizarse para demandar derechos como acabar con horarios extenuantes, devolver horas por el mismo sueldo, contra el reemplazo por automatización que quita puestos de trabajos a cientos de trabajadores, y contra los despidos por supuestas necesidades de la empresa que atacan directamente a quienes se organizan y luchan por mejores condiciones laborales.
En Temuco se hace urgente organizar un Gran Encuentro de Trabajadores del Comercio para defendernos de estos abusos patronales. |