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4 de diciembre de 2019 Twitter Faceboock

COLOMBIA DESPERTÓ
Tercer paro nacional y nuevas movilizaciones en Colombia contra Duque
Milton D’León | Caracas / @MiltonDLeon

Decenas de miles de trabajadores, estudiantes, movimientos populares y sociales junto a sectores indígenas tuvieron presencia activa en esta nueva jornada de movilización. La juventud el sector más expresivo en las manifestaciones, mientras las direcciones sindicales mantienen una posición ambigua entre la calle y la "mesa de diálogo".

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Las manifestación fue mayor a la realizada durante el segundo paro nacional, si bien no alcanzó los niveles de las primeras protestas del 21N, mostrando que la indignación del pueblo colombiano contra las medidas del Gobierno sigue presente luego de 14 días de haberse iniciado las protestas.

Una vez más la céntrica Plaza Bolívar, el centro político del país en Bogotá, se vio copada por una multitud que salió a manifestarse durante la tercera jornada de "paro nacional" convocada por sindicatos y movimientos sociales en todo el país. A la Plaza también llegaron estudiantes cargando una inmensa bandera con la que se recordó a Dilan Cruz, quien fue asesinado la semana tras el impacto de un proyectil en su cabeza lanzado por las fuerzas represivas.

Las protestas y movilizaciones se extendieron a otras ciudades como Medellín, Cartagena, Cali, Pereira, Bucaramanga y Manizales, en donde también miles bloquearon vías principales con ramas y carteles en los que se leía "Aquí estamos los que sobran".

La juventud fue el sector más destacado en la jornada, como lo hizo en los dos paros nacionales anteriores, así como en las constantes manifestaciones durante estos catorce días. A las últimas marchas se unieron “guardias indígenas” que han sido atacados en partes de Colombia por grupos armados que intentan hacerse cargo de áreas que una vez fueron controladas por los grupos guerrilleros desmovilizados. Si bien no portan armas de fuego, en Bogotá y de igual manera en Cali, formaron una barrera protectora frente a los manifestantes como una forma de disuadir cualquier represión de la policía.

En Medellín los manifestantes fueron reprimidos tras el objetivo de la policía de despejar la Avenida Regional, que atraviesa la ciudad de sur a norte y que era bloqueada. Situación similar se dio en Cali donde fueron detenidas 27 personas de acuerdo a reportes de organizaciones defensoras de derechos humanos. Es de constatar que el Gobierno de Duque durante la jornada diurna busca “cuidarse” luego del vil asesinato de Dilan Cruz por la policía del ESMAD, desplegando la represión a las protestas que continúan por la noche, donde se reprime y se detienen a los manifestantes.

También hay que hacer énfasis en que las principales ciudades del país siguen estando militarizadas con presencia del Ejército, incluso haciendo ostentación de tanquetas como si estuvieran en guerra, todo para amedrentar a la población y “disuadirla” a que no salga a protestar. Pero a pesar de este despliegue del Gobierno de Duque, el pueblo colombiano no ha bajado sus banderas de lucha manteniéndose en las calles.

Los sindicatos entre el diálogo y la calle

Como señalamos en artículos anteriores, las movilizaciones luego del 21N no han pegado un salto mayor ha sido por el papel que juegan las direcciones sindicales y de los movimientos sociales que dicen estar al frente de las protestas. En lugar de potenciar la lucha para derrotar el plan de Duque, lo que han venido haciendo es buscar negociaciones con el gobierno.

Muy claramente las movilizaciones y llamados a “paro nacional” los han convocando, pero como mecanismo de presión sobre Duque y no para derrotar toda su política antipopular y por la cual centenas de miles se han movilizado durante estos 14 días en todo el país.

De esta manera, los sindicatos agrupados en las centrales sindicales tienen una posición ambigua entre sentarse a la mesa de diálogo con un Gobierno que no tiene nada que ofrecer y la presión de las calles que los obliga a tener que convocar a nuevas acciones. Es por esto que tras el fracaso de una nueva mesa que intentó montarse con el Gobierno de Duque las centrales sindicales ratificaron la realización de esta tercera jornada de paro, de un día para otro.

El Comité Nacional de Paro exige al Gobierno iniciar un diálogo “directo, democrático y eficaz”, pero hasta ahora el presidente Iván Duque ha insistido en que ese contacto debería darse como parte de la “Conversación Nacional” que él convocó con distintos sectores políticos, económicos y sociales del país para discutir diversos temas.

Las manifestaciones son convocadas por la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), la Confederación General del Trabajo (CGT), la Confederación de Trabajadores de Colombia (CTC) y la Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación (Fecode), a los que se han ido sumando otros sectores de los movimientos sociales y estudiantiles.

Si bien públicamente las direcciones sindicales critican a Duque por sus política sociales y económicas, su ubicación viene siendo la de contener la situación ante el malestar de la calle tratando de evitar que Colombia vaya hacia un escenario parecido al chileno. De hecho, la convocatoria a este tipo de paros, llamados de un día para el otro, sin preparación ni continuidad hacen que las jornadas terminen siendo ante todo de movilización de movimientos sociales, estudiantiles e indígenas, más que verdaderas huelgas que paralicen el país y pongan en jaque a Duque.

Aun así, el pulso de la calle se mantiene y es lo que obliga a la burocracia de los sindicatos a no poder darle la espalda y tener que hacer malabares entre las manifestaciones y la mesa de diálogo con el Gobierno. Por ejemplo, luego de la jornada de este miércoles ya está convocada una nueva reunión para este jueves entre los dirigentes del paro y el Gobierno de Duque.

Luego de 14 días de movilizaciones es importante sacar las primeras conclusiones del camino recorrido hasta ahora. Para llevar hasta el final la lucha por las demandas fundamentales que ha salido a pelear el pueblo colombiano, es fundamental avanzar en mayores niveles de organización pues la lucha no puede quedar dejada a la espontaneidad o a caprichos de las burocracias sindicales y de los movimientos que buscan utilizar las protestas como moneda de cambio en mesas de negociaciones. A mayor nivel de organización se hace necesario el mayor programa de acción para conquistar las demandas.

El clamor del Fuera Duque se ha puesto en las calles junto al conjunto de las demandas del pueblo trabajador y de la juventud colombiana, pero esto solo puede lograrse desplegando toda la fuerza social capaz de derrotar a los enemigos del pueblo imponiendo una verdadera huelga general hasta que caiga Duque y todo el podrido régimen político colombiano.

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