La gobernadora Vidal presentó el pasado martes en Vicente López el informe sobre su gestión y generó reacciones por la foto con su gabinete completo de varones.
Ya en julio de este año, Mercedes Dalessandro, autora de Economía feminista, fue una de las que salió con los tapones de punta y escribió en Twitter: "En el gabinete de Vidal no hay una sola mujer. No entiendo".
Aunque no era la primera imagen de este tipo, ironizaba con el lugar que afirmaba haber dado a la mujer.
Ese lugar puede ser entendido como la cuota de poder a través de cargos y toma de decisiones. O la calidad de vida a través de políticas públicas que vayan en el sentido de solucionar problemas estructurales y las demandas de la mayoría de las mujeres
En el primer caso se trata de lo que se ha llamado “el techo de cristal” y la necesidad de romperlo para que las mujeres puedan acceder a puestos más altos, públicos y privados. Pero, ¿qué mujeres? Nancy Fraser las define como “mujeres privilegiadas, con buena formación, y que ya poseen grandes cantidades de capital cultural y de otro tipo, cuya posibilidad de ascender depende en buena medida del enorme grupo que se encarga del servicio doméstico y el cuidado familiar, muy feminizado, muy mal pagado, precario y racializado" [1].
Las mujeres son el grupo que sufre más agudamente todo tipo de violencia por su grado de vulnerabilidad.
La Casa del Encuentro realizó un informe que abarca desde el 1º de enero al 20 de noviembre del 2019 sobre violencia hacia las mujeres y femicidios que arrojó distintos datos que reflejan esta problemática estructural de nuestro país.
Las estadísticas arrojan que la primera provincia con más índices de femicidios es Buenos Aires, seguida por Santa Fe y Córdoba. Este informe depende, entre otras entidades privadas de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires.
La violencia de género, que provoca un femicidio cada 31 horas, afecta sobre todo a aquellas que no cuentan con herramientas básicas para preservarse, como un trabajo y una vivienda.
La gobernadora deja una provincia arruinada: las exportaciones de los puertos bonaerenses cayeron un 20 %; la producción casi un 9 % en el último año y alrededor de 53 mil trabajadores del sector privado formal perdieron sus puestos de trabajo, precarización e informalidad, desocupación y pobreza, mientras la deuda provincial subió casi 315 %.
Dentro de este panorama donde las mujeres son el sector más vulnerable, se hace imprescindible tomar medidas como las que propone el FIT: la creación inmediata de refugios transitorios y un plan de vivienda a corto plazo, basado en la creación de impuestos progresivos a las grandes fortunas y corporaciones inmobiliarias, el derecho a solicitar al Banco de la Nación Argentina el beneficio de “créditos a tasa cero” para la vivienda y subsidios para las víctimas.
Sin embargo, lejos de procurar estas acciones elementales, se ha descargado el ajuste al servicio del FMI en sectores donde las mujeres son mayoría, como la
educación, y se mantiene la negación a un derecho de salud pública como el aborto legal, seguro y gratuito.
Vidal realizó un conjunto de ataques contra los docentes (de los cuales son su mayoría mujeres) a través de recortes al presupuesto educativo, el abandono de la infraestructura, el cierre de carreras de los ISFD, BAO y cursos de la escuela secundaria, la degradación de los salarios y los comedores escolares, etc. Fue responsable del crimen social de Sandra y Rubén en Moreno.
Al ámbito de la salud pública (otro sector mayoritariamente femenino) se extiende también la precariedad y el desabastecimiento, y la condena a muertes evitables y complicaciones por abortos clandestinos.
Incluso en el año 2016, la gobernadora vetó la resolución de su ministra de salud, Zulma Ortiz, para adherir al “Protocolo para la atención integral de las personas con derecho a la interrupción legal de embarazo” elaborado por el Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable del Ministerio de Salud de Nación, en abril de 2015.
Pero la intromisión en la vida de otras mujeres no ha sido una prerrogativa de María Eugenia Vidal. Cristina Fernández de Kirchner anuló una Guía técnica para la atención integral de los abortos no punibles, que había tenido que firmar el propio gobernador antiderechos Juan Manzur (por ese entonces, su Ministro de Salud), para respetar sus entonces "profundas creencias religiosas" y su decisión, que había anunciado públicamente, de garantizar que bajo su mandato el derecho al aborto no sería ni legal, ni seguro, ni gratuito.
Mercedes D´Alessandro y Andrés Snitcofsky, recuerdan que “en 2015, la Argentina asistió a un momento histórico: por primera vez 5 mujeres llegaron a gobernar provincias al mismo tiempo. María Eugenia Vidal en Buenos Aires, Alicia Kirchner en Santa Cruz, Claudia Ledesma Abdala en Santiago del Estero, Lucía Corpacci en Catamarca y Rosana Bertone en Tierra del Fuego dirigen economías que, en conjunto, representan casi el 40% del PBI nacional. Analizan y muestran su preocupación por la cantidad de cargos ocupados por mujeres en el gobierno de Vidal, con lo cual queda claro que el poder no derrama”. [2]
Pero, lo que también queda claro es que más mujeres en el poder no han representado mayores beneficios para las mujeres sin privilegios, simplemente porque las que gerencian los estados capitalistas no dudan en hacer los ajustes que consideren necesarios. Y lo hacen, aunque eso signifique perjudicar a sus propias congéneres, porque la perspectiva de clase se enfrenta a la perspectiva de género. |