El macrismo termina y los funcionarios hacen balances públicos de sus gestiones, defendiéndo lo imposible y haciendo malabares discursivos.
Hoy le tocó el turno a una de las ministras que –bajo su cartera- más expresó la política anti popular de Macri en materia de derechos humanos. Sin avergonzarse del crecimiento de la represión social, Bullrich calificó su gestión con un diez.
Repasemos lo más destacado de su gestión: durante estos cuatro años los casos de gatillo fácil crecieron y pasaron de una víctima de la mira policial cada 28 horas durante los años kirchneristas, a uno cada 21 horas. Más allá de los fríos números, cada caso fue un joven de las barriadas populares que cayeron víctimas del accionar represivo del Estado, que sólo guarda para la juventud más explotada balas y muertes, y que nunca más van a volver.
Patricia Bullrich, a fines del 2018, elevó a política de Estado la odiada “Doctrina Chocobar” (apodada tras la ejecución de un efectivo con ese nombre a un joven que estaba desarmado y tirado en la calle), dónde los agentes policiales tienen vía libre para disparar a discreción sin ser juzgados.
Además la ministra fue estrella durante los procesos abiertos a partir de las muertes de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel a manos de Gendarmería y Prefectura respectivamente, cuando Bullrich formó parte activa y esencial en el encubrimiento de los hechos para lograr la impunidad para las fuerzas represivas.
Bullrich no escatimó en recursos (del Estado) para cumplir con el objetivo de que no se juzgaran a las fuerzas estatales, montando un espectáculo –en donde la prensa a fin al gobierno jugó un rol clave- para criminalizar a las víctimas arrojando un manto de sospecha, en lo que fue una jugada realmente perversa.
A modo despedida, el macrismo saliente firmó un decreto para darle más fuerza a las Fuerzas Armadas, proyecto que salió con el apoyo de todo el peronismo.
Hubo también, aunque quizás menos resonantes, casos de persecución política a periodistas que denunciaban las políticas del gobierno por redes sociales, donde se montaban operativos llevados adelante por la cartera de Bullrich donde se juzgaba a personas, basándose en sus publicaciones por Twitter.
Si la ministra cuando se autocalificó con un diez se refería a que llevó adelante la represión y la persecución a quienes levantaban su voz contras las injusticias que sufre el pueblo trabajador, no podemos más que tener acuerdo con su nota.
El legado de Bullrich en materia de Seguridad es espeluznante. Bajo el nuevo gobierno de Alberto Fernández y con la designación de la Sabina Frederic adelantaron una nueva política "progre" para este ministerio. ¿Se juzgarán finalmente a gendarmes y prefectos que asesinaron a Santiago Y Nahuel? ¿Las fuerzas del orden seguirán asesinando a jóvenes por la espalda?
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