Parece ser que finalmente en el gobierno de Brasil primó la necesidad de comenzar a normalizar las relaciones con uno de sus principales socios de la región y en horas de la tarde de este martes, ya estaba subiéndose a un avión para llegar a Buenos Aires, Hamilton Mouräo el militar retirado, segundo de Jair Bolsonaro.
El mismo Mouräo tuiteó que se trataba de “un gesto político de Bolsonaro”. Evidentemente primó el pragmatismo.
En los tiempos que corren, con Donald Trump reponiendo aranceles a las importaciones de acero y aluminio de Argentina y Brasil - este último ostenta el segundo lugar en las exportaciones de acero hacia Estados Unidos-, no es muy conveniente congelar relaciones o profundizar los cortocircuitos, con el otro país afectado por la medida del presidente de Estados Unidos.
Bastante de eso hay en el cambio de decisión de Bolsonaro. Recordemos que en plena campaña electoral Alberto Fernández fue a visitar a Lula en la cárcel y la respuesta de aquel fue que “había regresado el populismo a la región” y cuando el Frente de Todos ganó en primera vuelta, sus palabras fueron: "es la pandilla de Cristina Kirchner", en alusión a los referentes de quienes encabezaron gobiernos post neoliberales, como Dilma Rousseff, el propio Lula, Correa, etc.
Quien será presidente a partir de este martes, contestó con un: “celebro que hable mal de mí, es racista, misógino y violento”.
Fernández no estaba equivocado en definirlo así, pero lo que no dijo es que seguramente un cálculo económico, pero también político, hizo que en las últimas horas buscara acercar posiciones con el Planalto -casa de Gobierno de Brasil-, ocupado hoy por la derecha brasileña, que subió al poder con elecciones manipuladas y luego de un golpe institucional que destituyó a Rousseff.
Parece que eso ahora, para Alberto Ferández no tiene ninguna importancia.
Tanto Fernández como Daniel Scioli, quien será el embajador argentino en ese país, sostuvieron conversaciones con colaboradores muy cercanos a Bolsonaro para que el país que representa la otra gran economía del Cono Sur (con quien el año pasado Argentina sostuvo un comercio bilateral que representó la cifra nada despreciable de 27.000 millones de dólares), estuviera presente en la ceremonia.
La presencia de Mouräo en Argentina, representa ese gesto político al que se refería, para intentar estabilizar las relaciones y que corran por carriles mas normales. |