Brian Nadal, hermano de Nicolás, sobreviviente del hecho y testigo en la causa, es acosado por la policía cordobesa para silenciarlo. Cuatro veces fue detenido sin motivos en el último mes, y en cada ocasión se le hizo saber la razón: que deje de luchar.
Su familia, lejos de amedrentarse, quiere redoblar la lucha. Además de la presentación judicial, estarán denunciando estos abusos en el próximo programa de Giro a la Izquierda y en otros medios locales.
El caso de Nadal muestra claramente la arbitrariedad policial y la complicidad de la Justicia. Los policías declararon que Nadal iba en un taxi robado cuando empezó la persecución, luego se habría bajado disparando contra el móvil policial. En las pericias no se encontraron orificios de bala en el móvil, ante esto uno de los policías declaró que lo hizo arreglar, con dinero de su bolsillo, por un chapista. No se pudieron encontrar testigos que verificaran esta irregularidad. Además, la posición de las balas en el cuerpo de Nicolás y otros indicios mostrarían que fue fusilado estando dentro del taxi.
Las pruebas contra los policías Has y Quinteros, que participaron del operativo, son contundentes.
El caso sería el primero en Córdoba en elevar a juicio a policías por gatillo fácil. La estrategia de la fiscalía, que responde a una línea política delasotista, es dilatar la causa el máximo tiempo posible, para que estos hechos no perjudiquen al gobierno de turno.
Hace casi un año en Córdoba se formó una Coordinadora de Familiares de Víctimas de Gatillo Fácil, de la que esta familia es parte, junto a otras ocho. Esta organización viene denunciando ataques muy graves por parte de la Policía de la provincia a miembros y familiares de la Coordinadora, como la ocurrida el pasado 24 de marzo en el barrio Las Palmas.
Entrevista a Roxana, madre de Nicolás
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