Mauricio Claver-Carone es funcionario de la Casa Blanca. Integra el Consejo Nacional de Seguridad de Estados Unidos, como asesor en América Latina. Su nombre sonó a inicios de esta semana, cuando decidió retirarse de los actos de asunción de Alberto Fernández por la presencia de un funcionario enviado por Nicolás Maduro.
Este viernes, en una conferencia telefónica que realizó con diversos medios de la región, volvió a demostrar la prepotencia imperialista que anida en la Casa Blanca.
“Queremos saber si Alberto Fernández va a ser un abogado de la democracia en la región o apologista de las dictaduras y caudillos de la región, sean Maduro, Correa o Morales”, afirmó Claver en lo que debe considerarse un enorme apriete político.
No fue la única definición que hizo en ese tono. En la misma comunicación dio su versión de lo ocurrido el martes pasado. "Tuvimos una situación desagradable en la toma de posesión. El Gobierno violó el acuerdo del TIAR permitiendo la presencia de una persona sancionada no solo por los Estados Unidos sino por las democracias de la región", señaló a los medios.
"Hace falta que no haya sorpresas en nuestra relación", afirmó en un tono categórico en relación al gobierno argentino recién asumido.
Estas declaraciones implican un cuestionamiento a la decisión argentina de otorgar el status de refugiado político a Evo Morales. Significan, al mismo tiempo, un intento de injerencia en la política internacional de la nueva gestión.
La decisión de permitir a Evo Morales quedarse en Argentina implica roces con la administración republicana en Washington. Como se recordará el gobierno de Donald Trump apoyó activamente el golpe de Estado llevado a cabo contra Evo Morales.
Estas declaraciones deben entenderse en el marco general de la relación entre EE. UU. y los países de América Latina. Una relación que, entre otros aspectos, implica avanzar en un mayor control sobre la región. En ese marco debe entenderse al aval a la intentona golpista desarrollada en Venezuela a inicios de este año y el apoyo al golpe que derribó a Evo Morales.
Esta ofensiva imperialista ha tenido como actor destacado al Grupo de Lima, integrado por los gobiernos de distintos países. A pesar del alineamiento de este agrupamiento con EE.UU., la gestión de Alberto Fernández ratificó su continuidad en el mismo. |