Los dueños de Lodiser vienen despidiendo en forma discriminatoria a decenas de trabajadores de la fábrica alimenticia ubicada en el barrio porteño de la paternal.
El lunes pasado 4 trabajadores fueron frenados en la puerta de la planta y el personal de vigilancia les informó que estaban despedidos. El quinto despedido, Ariel, se enteró que estaba despedido en su primer día de vacaciones. De casualidad su suegro recibió la carta de despido y lo llamó para darle el aviso.
La empresa los despidió sin causa. El decreto de doble indemnización del nuevo Gobierno tampoco desalentó a la empresa para despedir a estos trabajadores. Plata es lo que le sobra. Lodiser viene haciendo fortunas y los ritmos de trabajo no paran de aumentar. La empresa compró nuevas máquinas, lo que produjo que en la fábrica se trabaje con menos descanso y con más calor y ruido producto de la incorporación de la maquinaria.
Para lograr imponer un sistema laboral brutal la empresa empezó a establecer un régimen de disciplina cuasi carcelario. Trabajadores que denunciaron a la ART un problema de salud fueron despedidos. Los trabajadores que piden médico son sancionados y nos se les acepta el certificado médico sin ninguna razón.
Por esto los trabajadores empezaron a reclamar y organizarse en asambleas y tomaron medidas de fuerza.
La empresa fingió escuchar. Pero solo para ganar tiempo y redoblar su plan. Ahora fueron por todos los activistas gremiales de la fábrica.
El sindicato de la Alimentación, alineado con Alberto Fernández, está al tanto de la situación y presentó una denuncia por los despidos en el Ministerio de Trabajo. Cada semana se produce una nueva tanda de despedidos. El sindicato de Daer es advertido y promete que va a ampliar la denuncia con el nuevo listado de despedidos. A pesar del reclamo de los trabajadores el Sindicato de la alimentación se niega a luchar y el Ministerio de Trabajo de Fernández ni siquiera dicta la conciliación obligatoria, lo que en este caso, al haber muchos despidos, beneficiaria a los trabajadores.
Los trabajadores pasaron un año muy duro, con los tarifazos, la inflación, el aumento de los alquileres y del transporte. Pero a esta patronal no le tiembla la mano a la hora de dejar en la calle a compañeros a pocos días de las fiestas de fin de año y en el caso de Ariel, en el primer día de sus vacaciones.
Es evidente el carácter persecutorio de los despidos ya que la empresa no bajó la producción y reemplaza a los despedidos por compañeros de agencia que están ultra precarizados. Para los trabajadores de Lodiser este es el contenido del pacto social que venía prometiendo el nuevo Gobierno.
Hace solo unos días, el Gobierno sacó un decreto de doble indemnización para los trabajadores que sean despedidos. Pero este no desalienta a los empresarios que ganaron millones y consideran que es más importante “sacarse de encima” a los que luchan por sus derechos. Claramente esa medida no frena los despidos y este es un duro ejemplo. El gobierno debería poner en vigencia la ley de prohibición de despidos que vetó Macri. Esa ley fue votada en el Congreso Nacional por los que hoy son parte del Gobierno y que no se aplique ahora solo beneficia a los empresarios.
Los sindicatos se preparan para seguir en la tregua y ya anuncian la suspensión de paritarias durante los próximos 6 meses. Una vergüenza. Se nota que los dirigentes no viven de un salario común, como los y las trabajadoras que son despedidos todos los días por empresas que cuentan con la complicidad de las direcciones sindicales, que solo hacen presentaciones de papeles como si eso fuera una solución. Ni siquiera organizaron una asamblea para tratar la reincorporación de los despidos.
Por eso los trabajadores se están organizando. Están llamando a todos los sectores solidarios con su lucha a que los acompañen en la pelea por la reincorporación y para comenzar a formar un fondo de huelga.
Desde la agrupación Bordó en alimentación venimos acompañando y difundiendo en este medio este atropello. | 
