Cuando un gobierno va a atacar a una fuerza concentrada, voraz y poderosa, va de suyo que hay que ir contra los portavoces, referentes y fuerzas políticas que las defienden. Bueno, en Argentina vemos el caso de uno de los que parece ser, según el gobierno, de los sectores más privilegiados y concentrados. Los jubilados, que con su ambición y voracidad obligaron al Gobierno a tomar medidas contra sus desmedidos ingresos.
¡Pero claro que sí! Para pagar las deudas de los pobres muchachos del FMI hay que atacar a los que más tienen. Y como las petroleras (a las que les bajaron las retenciones), los bancos (que solo ganaron $ 243.000 millones en 10 meses), las mineras y las aceiteras están pasando (¡pobrecitos!) por un mal momento, al gobierno de Alberto Fernández no les tembló el pulso para atacar a uno de los sectores que, todos saben, vive en el lujo y la opulencia. Los jubilados y las pensionadas. Los mismos y las mismas que fueron atacados con la ley previsional de Macri votada, dicho sea de paso, por muchos de los mismos próceres que defendieron la ley de Alberto. Son coherentes en ser incoherentes. Digamos todo.
Y como el Frente de Izquierda-Unidad es la única fuerza política que consecuentemente se opone a ajustar el sueldo de los jubilados y las jubiladas para calmar a los dulces funcionarios del FMI, todo un enorme dispositivo mediático, atacó, calumnió, lanzó fake news contra Nicolás del Caño. Toda la bronca que no tienen contra el FMI y los grandes empresarios, parece, la tienen contra la izquierda que defiende a los que menos tienen. Pero al menos bronca tienen, veamos el vaso medio lleno.
Compartimos a continuación, para reírnos junto a los lectores de La Izquierda Diario, algunos memes y tuits de esta campaña contra los jubilados, sazonada con una cucharada de clásico macartismo contra la izquierda.
Si bien no forman parte del Frente de Todos, los amigos y las amigas de Eameo merecen su lugar en esta ensalada macartista. Quienes tantas carcajadas nos arrancaron, esta vez nos arrancaron una mueca de resignación. Sabemos que pueden mejorar la puntería. En un previsible composé, mezclaron el nombre del Frente de Izquierda con la tipografía de Cambiemos, en una alusión a que la izquierda le hizo el juego a la derecha. Pero los únicos que coincidieron con la derecha son los que defienden que los jubilados deben pagar la fiesta de los empresarios que se beneficiaron con Macri, es decir, los que impulsan el proyecto de ley de Alberto Fernández. Si el humor es una irreemplazable herramienta para desnaturalizar con desparpajo e irreverencia las injusticias de un sistema capitalista miserable, esta vez Eameo ayudó a poner un velo sobre una medida injusta. Será la próxima.
Si existiera una universidad del macartismo (no queremos dar ideas) seguramente hubiera encargado algún estudio multidisciplinario que demostraría que Rudy y Paz son los “humoristas gráficos” que más utilizan su destacado pirulo en la tapa de Página|12 para atacar a la izquierda trotskista. Todo el odio que no les genera el hambre, la desigualdad, los designios del FMI, se los genera la izquierda que defiende a los trabajadores y los pobres. Su hostilidad contra la izquierda, lamentamos informar, no hace de su producto algo gracioso. Lo macartista no quita lo aburrido.
Otros tuits han dedicado elogios con elevada carga poética a Nicolás del Caño. Sino miremos este de Burstein. Nuevamente: la bronca que no hay con el FMI, la depositan con la izquierda. Parafraseando al filósofo contemporáneo Mauricio Macri: “En algunos lugares falta el odio, en otros sobra”.
Esta semana no fue un buen debut para el Frente de Todos: en pocos días suspendieron los aumentos para los jubilados, rebajaron las retenciones a las petroleras, defendieron la minería contaminante, vallaron el Congreso, congeniaron con Magnetto de Clarín y hasta reivindicaron las picanas Taser, en boca de Berni. Esto generó desazón en amplios sectores de simpatizantes, periodistas y militantes del peronismo y del kirchnerismo. La desazón la convirtieron en ataques a la única fuerza que, con absoluta independencia de los ajustadores macristas, criticaron esto por izquierda. Quizá deberían dirigir sus críticas al lugar que corresponde.