PEQUEÑO EN EL DEPORTE, GRANDE EN VALORES
QUE VIVA EL RAYO DE LA CLASE OBRERA
Para entender lo que sucedió, volvamos al 2017, año en que el delantero ucraniano Roman Zozulya fue anunciado como el nuevo fichaje del Rayo Vallecano. Zozulya es abiertamente neonazi y apoyó al Ejército Popular, grupo paramilitar formado por neonazis ucranianos, llegando hacer saludos nazis públicamente. Ante el rpudio de un sector de la afición, Los Bukaneros, fue cedido al Real Betis y de ahí al Albacete.
La afición del Rayo Vallecano es conocida mundialmente como una de las más progresistas del mundo. Además, de tener vínculos históricos con el movimiento social en España, manifestando posiciones de repudio al racismo y la homofobia, camina a contracorriente de lo infelizmente presenciado de forma generalizada en el mundo del fútbol.
No tienen cánticos ofensivos contra las aficiones contrarias. Una historia que cualquier afición del mundo desearía, por eso la afición del Rayo, en especial la organizada por los “Bukaneros”, hicieron un sin número de protestas que terminaron con la rescisión del contrato de Zozulya.
El reencuentro entre la afición antifacista y el jugador fascista se dio el domingo pasado, en donde la afición levantó pancartas y entonó cánticos llamando a Zozulya “nazi” al ritmo de la canción “Bella Ciao”. Entre las consignas se podían oír: “Roman Zozulya es un nazi” o “los fascistas fuera de Vallecas”. El juego llegó hasta el medio tiempo, cuando el árbitro José Antonio López resolvió suspender el juego.
En muchas ocasiones los partidos fueron escenario de actos racistas y homofóbicos inclusive en España. Es imposible olvidar el juego entre el Barcelona y el Villarreal cuando al jugador brasileño Dani Alves le arrojaron un plátano por aficionados del Villarreal en un explicita manifestación racista. Sin embargo, hasta ahora todos los partidos habían llegado a su fin. El único juego suspendido fue porque la afición llamó nazi a un nazi declarado.
El Rayo surgió en un barrio obrero de Madrid y siempre se ha medido a los gigantes: Real Madrid y Atlético de Madrid, cuyas directivas siempre fueron cercanas al poder y parte de sus aficionados tienen filiaciones fascistas. Combinar fútbol y política no es un problema para los españoles, en especial la afición del Rayo que no necesita de títulos en la primera división y luchan contra el “fútbol moderno”.
El Rayo Vallecano puede perder los tres puntos del juego, pero su dignidad y la de sus afición son las campeonas. #facistasnopasaran
Originalmente publicado en Esquerda Diário con el título: "Torcida antifascista do Rayo Vallecano rechaca jogador rival nazista"
Traducción: Víctor Romero | 
