El domingo 22 de diciembre Áñez anunció el ingreso de Bolivia al Grupo de Lima. Y en la mañana de hoy lunes, desde Cancillería, anuncian que evalúan la permanencia del país en la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños).
Como se recordará el Grupo de Lima encabezado por Almagro y la OEA fue un actor central en la ofensiva política que a principios de este año se desarrolló contra el gobierno de Maduro en Venezuela intentando imponer un gobierno encabezado por el opositor Guaidó. Esta ofensiva política que no pudo prosperar en el país caribeño logró, sin embargo, anotarse un importante triunfo con el golpe de Estado en Bolivia y la consolidación del gobierno de Áñez con el aval parlamentario del MAS. Con el ingreso de Bolivia al Grupo de Lima, este reagrupamiento regional de carácter derechista se fortalece.
Este paso dado por la cancillería boliviana, de sumarse al grupo de Lima, pareciera profundizarse con el anuncio de la canciller, Karen Longaric, de que Bolivia no participaría de la próxima reunión de la CELAC y que se estaría estudiando la permanencia del país en este organismo. La CELAC formada por 33 países de Latinoamérica y el Caribe tiene entre sus objetivos fundamentales la integración y cooperación regional. La próxima reunión de este organismo debe llevarse a cabo el próximo 8 de enero de 2020 y es organizado por el gobierno mexicano, situación que ha sido denunciada por la cancillería boliviana al denunciar que México no estaría respetando las atribuciones de la presidencia pro témpore ejercida por Bolivia durante este año.
Suman los “gestos” que de manera repugnante desnudan que detrás de la autodenominada lucha por “recuperar la democracia” se instala un programa neoliberal -como lo atestiguan las disposiciones económicas y administrativas que Áñez viene implementando de manera acelerada- y pro imperialista en Bolivia.
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