Desde el viernes último se sucedieron una serie de hechos que derivaron en que el lunes 30, en una muestra más de alto cinismo de quien encabeza el Gobierno golpista, Jeanine Áñez, habló de que “las delegaciones diplomáticas de ambos países lesionaron la dignidad y soberanía del pueblo”, según publicó el diario derechista de Bolivia Página 7.
Desde el golpe de Estado que destituyó a Evo Morales, el 10 de noviembre pasado, hay 10 dirigentes del MAS asilados en la embajada de México (recordemos que el mismo Evo Morales estuvo en ese país, antes de viajar a Argentina, en calidad también de asilado político).
El viernes 27 de diciembre la española Cristina Borreguero, encargada de negocios de su país, fue a la embajada mexicana “en visita de cortesía” -según el comunicado del Estado Español-.
Cuando los custodios de Borreguero fueron a buscarla se produjo un altercado con personas de civil que los obligó a detener el auto y salir de su interior. Todo esto con presencia policial boliviana en las cercanías que en ningún momento intervinieron (así lo afirmaron diplomáticos españoles).
A su vez la semana pasada miembros de la diplomacia mexicana ya habían denunciado que están siendo objeto de intimidación por parte de civiles y uniformados bolivianos y esa embajada se encuentra constantemente vigilada.
Uno de los miembros del MAS que se encuentra refugiado en esa embajada es Juan Ramón de la Quintana -ex ministro de la presidencia de Evo Morales- hombre de su extrema confianza.
Quintana es un hombre formado en la Escuela de Las Américas, antes de ser miembro del MAS supo colaborar con los gobiernos neoliberales que lo precedieron. Ahora está acusado de “sedición y terrorismo”.
El gobierno de Manuel Lopez Obrador, recibió el último domingo la comunicación oficial de declaración de persona “non grata” y la intimación a abandonar Bolivia en 72 horas de Embajadora Extraordinaria y Plenipotenciaria María Teresa Mercado.
Lo mismo sucedió con los diplomáticos del Estado Español: Borreguero y el cónsul Álvaro Fernández. El gobierno de Pedro Sánchez respondió expulsando a tres funcionarios del gobierno golpista.
Hay que aclarar que el gobierno español, siguiendo los pasos de la OEA, reconoció a la derecha golpista que hace poco más de un mes usurpó las riendas del Estado Plurinacional de Bolivia.
Esto es otro “episodio” que muestra el envalentonamiento de la derecha golpista que trata con saña a todo lo que le huela a oposición. A pesar de que es el mismo MAS de Evo Morales que traicionando la lucha de trabajadores y pueblo originario, negoció y aceptó la consumación del golpe.
Esta vez esa saña aplicada contra ex funcionarios le está costando una crisis diplomática con el Estado imperialista español, hace rato ya venido a menos, y con México. |