El rol de El Mercurio
En el artículo “La espiral vuelve a casa” de Armand Mattelart, publicado en Le Monde Diplomatique en septiembre de 2013, el autor explica el rol jugado por el diario durante el período de la Unidad Popular, afirmando que el medio de comunicación “asumió así progresivamente un papel preponderante de intelectual orgánico, de organizador colectivo” jugando un rol central en la preparación de las condiciones para el golpe militar.
Cita Mattelart una editorial del Diario El Mercurio del 10 de marzo de 1973, titulado “La democracia en la base”, donde se refleja el rol conspirador desarrollado por el medio que instigó constantemente el golpe militar a partir de una estrategia de masas. Dicha editorial señala que “independientemente de la forma en que se estructure la oposición, sus métodos de acción deberán apoyarse, a todas luces, con mayor fuerza en las bases de la sociedad (…) De la unión implícita o explícita de los sectores de la oposición puede surgir una acción concreta en el centro de trabajo, el barrio y los puntos de avituallamiento que sirva de contrapeso a la dictadura que los marxistas están ejerciendo en la base. ”
Luego, durante la dictadura, cumplió un rol central en los montajes creados por Pinochet y la junta militar, junto a los servicios de inteligencia, para reprimir y liquidar a las y los militantes antidictadura, y en crear un clima de terror, silencio y legitimación de la dictadura militar.
La Transición y la Impunidad
El Colegio de Periodistas de Chile tuvo un rol importante en el proceso de resistencia y denuncia de la dictadura. El trabajo de investigación “Colegios Profesionales y Asociaciones Gremiales Durante el Proceso de Recuperación de la Democracia en Chile”, de Gabriel Guzmán Riquelme (2012), entrevista a la periodista Lidia Baltra. Ella relata que en aquella época “llamamos a los periodistas a marchar amordazados por las calles, junto con los colegas de las publicaciones clausuradas o censuradas, clamando por libertad de expresión. Me acuerdo que incluso hicimos una exposición con las fotos proscritas de periodistas y personas apaleadas por uniformados; organizaron la primera huelga de hambre de periodistas y más tarde, vigilias y jornadas de reflexión sobre el acoso a la prensa”.
El IV Congreso Nacional del Colegio estableció el principio de que “la totalidad de la libertad de expresión sólo es posible en una sociedad plenamente democrática”, comprometiéndose a luchar por lograr el restablecimiento de ese sistema en el país.
Recordemos que no sólo hubo periodistas perseguidos, torturados y desaparecidos en dictadura, sino que se crearon medios de comunicación que denunciaron los montajes y crímenes de la dictadura, como las míticas revistas Análisis, Hoy, Cauce, Apsis, Fortín, Siglo XXI, etc., cuyos directores fueron duramente perseguidos.
Por ello cuesta creer que a más de 40 años de la dictadura, y a 25 años del retorno de la “democracia”, recién ahora se expulsara a Edwards del Colegio, cuestión que debería haber ocurrido apenas terminada la dictadura. Sólo es posible comprender que esto no ocurriera antes dado el acuerdo de impunidad existente entre los partidos de la Concertación y la dictadura, que no sólo ha mantenido intocable por años el “modelo” neoliberal con todas sus desigualdades, sino que también ha sostenido el silencio y la impunidad para los civiles que apoyaron la dictadura. |