Este viernes hubo enormes movilizaciones en varios países musulmanes en repudio al asesinato ordenado por Donald Trump, del General Iraní Qassen Soleimani, hombre clave para extender la influencia de Irán en Irak, Siria y el Líbano.

Para gran parte de los chiitas era visto como un héroe nacional y su muerte hace más fuerte el sentimiento antinorteamericano. Eso explica que hayan salido multitudes a manifestarse repudiando su asesinato, tanto en las principales ciudades de Irán como en otros países de la región. Una vez más, las acciones temerarias de Estados Unidos despiertan en las masas musulmanas el odio contra el principal país imperialista.

Reproducimos un video del periódico inglés The Guardian mostrando esas movilizaciones:

Esto a pesar de que internamente el régimen iraní viene siendo objeto de enormes marchas de protestas sobre todo por la carestía de la vida. Movilizaciones que venían siendo alentadas por hombres de la diplomacia yanky, como Mike Pompeo, su secretario de Estado.

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Todos los diarios del mundo, obviamente, reflejaron la noticia y hoy podemos leer decenas y decenas de editoriales y notas de opinión sobre cómo queda la región y sobre todo cuál será la respuesta inmediata de Irán al asesinato ordenado por Donald Trump, del militar Qassen Soleimani.

La crisis desatada por el bombardeo selectivo, con drones estadounidenses, que se cobró la vida del General iraní, es tal, también por lo que representaba Soleimani.

Soleimani era el hombre clave para la geopolítica en esa región del mundo, más importante incluso, en ese terreno, que Hasan Rohani (el presidente de Irán). Después del Ayatollah Alí Khamenei era quien a fuerza de dureza militar, pero también de habilidad política, en la práctica mantenía la preeminencia de Irán, frente a los otros países de la región.

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Ese lugar se lo había dado, además de su larga trayectoria, el hecho de que fuera un actor importante en la derrota del Estado Islámico en Siria, comandando las Fuerzas Armadas Al-Quds. Lo que le valió al Estado teocrático de Irán volver a ocupar un rol preeminente frente a demas países musulmanes. Recordemos que Irán, por ejemplo, es el enemigo público de otro país teocrático, pero judío: el Estado de Israel.

El poder de Soleimani se reflejaba en que, por órden de Khamenei, estaba al frente de las milicias chiitas concentradas en Irak, Siria, Líbano, Turquía, Yemen, Arzeibaiyán, Afganistán y Bahrein. Los analistas coinciden, en algo tal vez obvio, que es el hecho de que al ser este General "un hombre de Estado", su asesinato por parte de Estados Unidos (en una decisión unilateral de Trump), cobra dimensiones y abre interrogantes más grandes sobre el futuro mediato en la región, que la muerte de Bin Laden, por ejemplo.

Su sucesor, Esmail Qaani, no tiene la popularidad externa que tenía Soleimani, pero también es un hombre del ala dura militar.

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