Según han informado las centrales sindicales nucleadas en la Carta de Derechos Sociales de Euskal Herria -que incluye también colectivos sociales-, entre quienes registraron la convocatoria se encuentran la secretaria general de LAB, Garbiñe Aranburu, y el secretario general de ELA, Mitxel Lakuntza, entre otros representantes de las organizaciones convocantes.
CC.OO. y UGT no se han sumado a la convocatoria. Hace pocos días el secretario general de CC.OO., Unai Sordo, ha afirmado que "no se entiende muy bien" la convocatoria de huelga general para el próximo 30 de enero en Euskadi y Navarra con "las pensiones como principal banderín de enganche" ya que, a su entender, "lo razonable" es esperar a que se conforme en nuevo Gobierno y ver "qué propuestas hace".
El paro de 24 horas reclamará "trabajo, vida y pensiones dignas" así como "soberanía para el cambio social" y se desarrollará en la Comunidad Autónoma Vasca y Navarra.
Entre otras reivindicaciones, destacan la exigencia de una pensión mínima de 1.080 euros al mes y la revalorización de las pensiones con el IPC, el establecimiento de un salario mínimo de 1.200 euros como “la única forma de garantizar las pensiones del futuro es que aumenten las cotizaciones y por lo tanto los ingresos a la Seguridad Social”, así como otras reivindicaciones relativas a la RGI o la vivienda.
El programa progresivo de la huelga ha comenzado a generar muestras de solidaridad en otras partes del Estado como Madrid y Zaragoza, donde distintos colectivos de la izquierda sindical y política comienzan a organizarse para dar su total apoyo a la jornada de huelga del 30 de enero realizando acciones de solidaridad.
A pocos días de haberse formado el gobierno de coalición entre el PSOE y Unidas Podemos, la huelga general en Euskal Herria muestra en amplios sectores de la clase trabajadora no hay disposición a dar un “cheque en blanco” al nuevo gobierno. Más aún cuando el programa que han presentado el PSOE y Unidas Podemos está repleto de retórica y definiciones ambiguas, pero ninguna medida seria para afrontar los grandes problemas sociales.
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Las duras contrarreformas laborales de Zapatero y Rajoy han sido un enorme trampolín para la precariedad laboral y la superexplotación del trabajo en los últimos años. Sin embargo, el nuevo Gobierno “progresista” del PSOE y Unidas Podemos no derogará ninguna de las dos. La lucha por cambiar la correlación de fuerzas en favor de los trabajadores es vital para modificar esta situación de raíz. La huelga general en Euskal Herria el próximo 30 de enero debe ser pensada en esta perspectiva.
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